En el presente año el estado de Durango acumula 212 casos positivos de hepatitis A y el municipio de Gómez Palacio lidera la incidencia con 166 personas que fueron diagnosticadas con dicha enfermedad, asociada al consumo de agua y alimentos insalubres, el saneamiento deficiente, la mala higiene personal y el sexo bucoanal.
Se tiene conocimiento del fallecimiento de una niña de 9 años originaria de la localidad de Nazareno, del municipio de Lerdo, el deceso ocurrió el domingo 28 de abril en el Hospital Nuevo de Gómez Palacio. En la capital duranguense se han notificado 45 casos de hepatitis A mientras que en Santiago Papasquiaro hay un caso confirmado.
AL ALZA CASOS DE HEPATITIS A
Todavía no se termina el 2024 y la cifra de todo el Estado casi se duplica a la de 2023 además de que es el número más alto registrado en los últimos cinco años. Según información oficial de la Secretaría de Salud de Durango (SSD), en 2023 hubo 108 casos de hepatitis A; en 2022 fueron 35; en 2021 se reportaron 35; en 2020 fueron 29 y en 2019 se diagnosticaron a 93 personas.
Alfonso Gutiérrez Rocha, director de Salud Pública de la Secretaría de Salud estatal atribuyó el aumento de casos de hepatitis A debido a que el Laboratorio Estatal de Salud Pública cada vez tienen mayor capacidad de detección, además de que la SSD está haciendo una búsqueda intencionada de casos que cumplan con la definición operacional.
La hepatitis A es una inflamación del hígado que puede causar morbilidad de moderada a grave y se transmite al ingerir agua o alimentos contaminados o por contacto directo con una persona infectada.
Casi todos los pacientes se recuperan totalmente y adquieren inmunidad de por vida. No obstante, una proporción muy pequeña de las personas infectadas por el virus puede fallecer a causa de una hepatitis fulminante, explica la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El periodo de incubación de la hepatitis A suele ser de entre 14 y 28 días. Los síntomas van de moderados a graves y pueden incluir fiebre, malestar, pérdida de apetito, diarrea, náuseas, molestias abdominales, coloración oscura de la orina e ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos). El diagnóstico se hace con un examen de sangre para detectar anticuerpos contra hepatitis A, llamados Inmunoglobulinas (IgM).
No hay ningún tratamiento específico para la hepatitis A y los síntomas tras la infección pueden remitir lentamente, y esta recuperación puede prolongarse a lo largo de varias semanas o meses. En ausencia de insuficiencia hepática aguda, la hospitalización es innecesaria.
La propagación de la hepatitis A puede reducirse mediante un abastecimiento adecuado de agua potable salubre, la correcta eliminación de las aguas residuales de la comunidad, y prácticas de higiene personal, como lavarse regularmente las manos antes de comer y después de ir al baño.
Aumento alarmante de casos de hepatitis A en Durango; Gómez Palacio encabeza cifras récord en 2024