Centenares de personas se concentraron este jueves ante el monumento de la Espada Damascena, en la céntrica plaza de los Omeyas, en Damasco. (EFE)
Centenares de personas se concentraron este jueves ante el monumento de la Espada Damascena, en la céntrica plaza de los Omeyas, en Damasco, portando pancartas y cantando lemas en defensa de una sociedad civil fuerte y diversa en un país laico que respete todas las sensibilidades religiosas.
Ese es el mensaje compartido que han lanzado los manifestantes al nuevo Gobierno interino de Siria, que se estableció tras el derrocamiento del régimen del depuesto presidente Bachar al Asad, que se culminó el pasado 8 de diciembre con la caída de la capital en manos de la coalición islamista liderada por el Organismo de Liberación del Levante (Hayat Tahrir al Sham, o HTS en árabe).
Respeto por todas las creencias
Seluan, una mujer siria de 35 años, comparte con EFE su "deseo de que haya una sociedad civil siria después de la caída del régimen". "Pedimos una sociedad civil, justicia para todos los ciudadanos de todos los espectros, de todas las religiones y comunidades religiosas; justicia e igualdad", agrega.
Esta mujer reitera que se han reunido ciudadanos de todas las edades para expresar sus peticiones al nuevo Gobierno interino y "ver la naturaleza de su respuesta a esta cuestión". "Es una prueba para el Gobierno actual", afirma.
Rasha Nayar, una decoradora de interiores de 37 años, porta un cartel con la palabra "Laico" escrita en árabe. "Estamos aquí para afirmar que Siria, con su amplia diversidad, es un Estado civil libre, en el que la ley tiene poder por encima de todos y cada uno practica su religión y credo por derecho, y todos se respetan entre sí", dice a EFE. "Queremos construir la sociedad siria y una nueva constitución", añade.
Los artistas levantan la voz por la diversidad de credo
"En el pasado hubo una clara marginación a la sociedad civil (...), todo se hizo militar. La sociedad civil tiene que salir a expresarse: los poetas, intelectuales, actores, y todos los que llevan tiempo trabajando en el terreno", comenta a EFE un hombre llamado Nawares Mendar.
Entre los asistentes a la concentración se encuentran personalidades del mundo del arte y la cultura siria como la actriz Nada Barhum, quien defiende una sociedad civil donde cada ciudadano tenga su lugar.
"No queremos hablar de sectas, queremos ser un pueblo unido y una solo mano. El gobierno actual de transición que se está formando no se parece a nosotros. Tiene un solo color, mientras que nosotros somos diversos desde toda la vida", afirma con cierta preocupación por el Gobierno interino liderado por una coalición islamista.
Barhum dice no entender por qué la presentadora de un programa de televisión debe llevar el velo siempre que aparece con alguien del nuevo Gobierno. "No estoy en contra del velo. Si lo lleva, que salga con él; pero si no lo lleva, no tiene la obligación de ponérselo para que le permitan hacer la entrevista", aclara.
Elecciones reales
Esta actriz, además, se muestra preocupada por el futuro incierto y el temor a que el Gobierno interino se extienda más allá del mes de marzo como indicaron inicialmente las nuevas autoridades sirias.
"Ellos hablan sobre los asuntos a largo plazo como si fueran a permanecer aquí. Esto pone nervioso al pueblo, que no dio opinión. Estamos esperando a que hayan elecciones para todos", afirma Nada Barhum: "Queremos un gobierno que se parezca a nosotros, buscamos la reconstrucción no volver para atrás. Estamos cansados de esto".
Otro joven participa en la concentración por su preocupación sobre si podré tener una vida digna. "Actualmente no se habla de garantías de cómo será la vida. No se sabe cómo será el gobierno, cómo viviremos en un futuro", comenta mientras sostiene un cartel con las palabras "Democracia y Teocracia".
"Sobre la teocracia, estoy seguro de que no la quiere el 90 % o, al menos, el 80 % del pueblo, ni siquiera las personas musulmanas", insiste.