Vecinos de Jerusalén y La Reina sufren por el desabasto de agua que ocasionó el cierre de pozos de Sapal y la falta de apoyo con pipas. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Ni agua ni pipas llegaron a la casa de Carmen, Armando, ni de Carlos, el pasado viernes, el día que fueron sacados de operación tres pozos abastecedores por parte del Sapal, ante la esperada llegada de Agua Saludable a Lerdo, lo cual no sucedió.
Carmen y Armando viven en la colonia Jerusalén, y Carlos en la colonia La Reina, ubicadas entre los límites con Gómez Palacio.
Los afectaron hicieron llegar la queja de que no han sido atendidos con pipas de agua, como lo anunció la autoridad municipal.
Ante esta situación y sobre todo ante la desesperación de no contar con gota de agua, en el caso de la colonia donde habita Carlos, los vecinos se han organizado para la compra de pipas.
Y es que si bien, algunos cuenta con cisterna y bombas de agua, el poco líquido que lograron juntar en los tinacos tras el anuncio, se ha agotado pese a que han dosificado su uso.
Incluso una de las vecinas, con pena, dijo que desde el sábado no ha tomado un baño y tampoco ha podido lavar. Pero no todos cuentan con cisterna como es el caso de don Armando, quien gracias a su vecina que cuenta con tinaco y que está por agotarse, es que tiene agua en una tina para hacer uso del sanitario.
Pero la baja presión y en ocasiones falta de agua, son cosa común en estos sectores, por lo que don Armando se ha visto en la necesidad de invertir en una cisterna.
También reconoció que desde hace meses ha dejado de pagar por un servicio que dijo, "es casi inexistente".
"Lo más problemático es que los recibos del agua no dejan de llegar, y luego aparte están cobrando el aire… ahorita llevó mil 500 y fracción, ¿cómo los voy a pagar si no tengo ni una gota de agua?", dijo molesto don Armando, vecino de la colonia Jerusalén.
Los vecinos como Carmen, Armando y Carlos esperan que la situación se normalice a la brevedad o bien que se les atienda con pipas de agua como se anunció desde el viernes, a fin de no gastar recursos, ya sea en la compra de pipas o de garrafones de agua purificada para atender sus necesidades más apremiantes.
