“La guerra es el arte de destruir hombres. La política es el arte de engañarlos”. —Jean Le Rond D'Alembert.
Yucatán es un ejemplo de cómo Morena ha tenido la capacidad de penetrar en todo el país, incluso en zonas que parecían muy alejadas a su control. A pesar de que el panista Mauricio Vila fue considerado el mejor gobernador del país en sondeos de Mitofsky o CE Research, Joaquín Díaz Mena, "Huacho", de Morena, se levantó con el triunfo el 2 de junio con 51.48 por ciento de los votos.
Díaz Mena, originario del pequeño pueblo costero de San Felipe, trabajó mucho tiempo con el PAN, partido por el que fue alcalde de su municipio en 2001-2004, diputado local en 2004-2006, diputado federal en 2006-2009 y candidato perdedor al gobierno del estado en 2012. Quiso ser nuevamente candidato del PAN al gobierno en 2018, pero la designación recayó sobre Vila, entonces alcalde de Mérida. Buscó también ser candidato al Senado por el PAN, pero fracasó. Se pasó entonces a Morena a invitación de López Obrador. Contendió por el gobierno estatal por la coalición morenista en 2018 y quedó tercero, con 20.45 por ciento. La venganza vino con su triunfo de 2024.
Morena obtuvo 14 de 35 diputados en las elecciones del 2 de junio, mientras que el Partido del Trabajo consiguió tres y el Verde dos. Como en la legislatura federal, el reparto definitivo de curules cambió al final: Morena se quedó con 17 y el PT y el PVEM con una cada uno. Sumaban 19, frente a los 18 requeridos para la mayoría absoluta.
Díaz Mena está gobernando Yucatán con una presidenta municipal panista en Mérida, Cecilia Patrón Laviada, hermana de Patricio, gobernador por el PAN entre 2001 y 2007. Este pasado fin de semana la alcaldesa se quejó de un recorte al presupuesto para Mérida, una "ley castigo", que dijo busca debilitar al ayuntamiento, pero afecta a todos los habitantes del municipio.
La presidenta Claudia Sheinbaum estuvo este pasado fin de semana en Yucatán. El viernes 13 entregó en Valladolid 117 títulos profesionales de las Universidades del Bienestar a egresados de la carrera de docente en educación básica. Ahí negó que estas universidades sean "de segunda": "Son como cualquier universidad pública de nuestro país; es más, son mejores, porque se construyen desde abajo y se construyen con la participación de todos y todas. Y, además, los maestros y las maestras no solamente proveen de conocimientos a quienes estudian, sino también de una visión humanista, una visión científica, una visión de colectividad, que finalmente es algo fundamental en la vida de todas y de todos".
Esta "visión de colectividad" es uno de los fundamentos de la propuesta política de Morena, que rechaza el individualismo liberal. Las Universidades del Bienestar han buscado ser centros de adiestramiento ideológico, sin la preocupación por la calidad de las universidades tradicionales, como la UNAM, que el expresidente López Obrador descalificó como "neoliberales". Sin embargo, las Universidades del Bienestar "han sido señaladas por falta de docentes, poca claridad en los programas, datos insuficientes sobre el total de alumnos beneficiados, así como mala ubicación y condiciones en las sedes", según un análisis del IMCO de noviembre de 2022.
Al asumir el gobierno el 1 de octubre de este año el gobernador Díaz Mena dijo que "el Palacio de Gobierno vuelve a ser del pueblo", que gobernará "de la mano del pueblo" y disminuirá la pobreza extrema. Prometió "mantener la seguridad", pero generar mejor atención médica y escuelas, un "techo digno" y "bienestar en toda la extensión de la palabra". Es la retórica de siempre de la clase política mexicana. Huacho ha aprendido de AMLO las reglas de la política del PRI de los setenta.
INFONAVIT
El gobierno ha asestado un golpe contra el Infonavit al romper la igualdad tripartita en las comisiones del consejo de administración. El director Octavio Romero Oropeza, quien dejó un Pemex quebrado, tendrá control ahora sobre los recursos del Infonavit: 2.4 billones de pesos, que son de los trabajadores y no del gobierno.
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