El profesor Darío Valenzuela es el actual cronista de Gómez Palacio, un municipio que en el contexto de la Revolución Mexicana se alza como un escenario histórico. (DANIELA CERVANTES)
Hoy 20 de noviembre se conmemora el día de la Revolución Mexicana, la fecha, me parece, fuera de lo que acontece en los desfiles oficiales, en Gómez Palacio no suele ser muy promovida.
¿Falta voluntad gubernamental para rescatar ese momento histórico o la ciudadana es apática, y sólo está desinteresada en conocer los matices de ese conflicto que estalló hace 114 años?
Para tratar de dar respuesta a lo anterior, visité la esquina que se forma entre las calles Hidalgo y Mártires de 1910 en Gómez Palacio, ahí se aloja el Recinto de la Revolución. Darío Valenzuela es el custodio de ese lugar, que en 1996 fuera rescatado por la asociación "Unidos por Gómez Palacio", un grupo de ciudadanos que identificó que inmueble fue clave en el movimiento armado.
Una placa histórica en el exterior indica que en ese espacio se reunieron los levantados en armas la noche del 19 de noviembre de 1910. En concreto se puede leer: "LA JUNTA PATRIÓTICA Y EL PARTIDO LIBERAL DEDICAN ESTE RECUERDO A LOS MÁRTIRES DE 1910 GÓMEZ PALACIO, DGO NOV. 20 1914". Como dato, esta placa fue develada por el mismísimo "Centauro del Norte", es decir, Pancho Villa, hace 110 años.
Son cerca de las 10 de la mañana y Darío me recibe gustoso, aparte de ser el custodio y promotor del Recinto de la Revolución, también es el actual cronista de Gómez Palacio, un municipio que en el contexto de la Revolución Mexicana se alza como un escenario histórico pero que, lamentablemente, ha sido poco reconocido, incluso por sus propios habitantes.
En un libro del cronista Pablo Machuca Macías, leí que el profesor José Santos Valdés lo expresó con claridad: "Aquí (en Gómez Palacio) fue uno de los lugares en que nació la Revolución Mexicana. A este pueblo no se le ha hecho justicia, históricamente hablando".
Esta afirmación subraya una verdad crucial: la falta de conciencia colectiva sobre la relevancia de este municipio en el movimiento revolucionario. Darío Valenzuela, como cronista y preservador de la memoria histórica de Gómez Palacio, ha asumido el desafío de rescatar y dar voz a esta rica herencia revolucionaria.
Por ello, alentado por este diario, él mismo desempolva algunos de los acontecimientos revolucionarios más relevantes que quedaron tatuados en la piel de Gómez Palacio.
Gómez Palacio y su papel en la Revolución
El papel de Gómez Palacio en los inicios de la Revolución Mexicana es fundamental. Fue aquí donde los antirreeleccionistas comenzaron a organizarse en 1910, utilizando la casa de don Dionisio Reyes, ubicada en el centro del municipio, como punto de encuentro. Don Dionisio, un gestor incansable de causas sociales, jugó un papel clave al promover el movimiento antirreeleccionista, hasta el punto de ser considerado por Valenzuela como el ideólogo de la Revolución en la ciudad.
Esta ciudad no sólo fue testigo, sino también protagonista del espíritu revolucionario que se gestó a lo largo del río Nazas, en coordinación con figuras como Mariano López Ortiz y el profesor Manuel N. Oviedo, quienes mantenían contacto directo con Francisco I. Madero.
El simbolismo del Cerro de la Pila, escenario crucial durante la lucha armada, es otro ejemplo de cómo Gómez Palacio quedó relegado en la narrativa oficial, que prefirió destacar la "Toma de Torreón". Sin embargo, puntualizó Darío Valenzuela, fue en Gómez Palacio donde realmente se materializó una parte significativa de la lucha revolucionaria, dejando cicatrices visibles en su paisaje urbano y social.
El olvido y el rescate de la memoria
A pesar de su relevancia histórica, Gómez Palacio ha sufrido un notable abandono en la promoción y preservación de su legado revolucionario. Según Valenzuela, este descuido no solo radica en la falta de interés de los ciudadanos, sino también en la desatención de las autoridades educativas y culturales.
El Recinto de la Revolución, rescatado en 1996 gracias a la labor de la asociación civil antes mencionada, representa un esfuerzo importante, pero insuficiente, para mantener viva la memoria de los eventos revolucionarios.
El lugar que procuro para conocer la historia de la Revolución en Gómez Palacio, me entero, mide apenas cinco por ocho metros, sin embargo, percibo, ahí se aloja una historia monumental, y el recinto, y el mismo Darío, pueden representar un símbolo de resistencia frente al olvido.
En sus paredes, pude ver, se guarda la memoria del villismo y de los personajes que dieron forma al movimiento en esta región, como Agustín Castro, Orestes Pereira y el propio Dionisio Reyes. Sin embargo, la falta de visitantes y el escaso apoyo gubernamental, limitan su impacto como centro de difusión cultural.
"La cultura de la revolución está olvidada. Aquí estamos la compañera (señala a una mujer que está detrás de un escritorio) y su servidor, y difícilmente alguien se asoma, es más, tenemos congelados los registros porque ya no entra nadie..."
El reto de preservar la historia
En esa mañana de noviembre que visité el recinto, fui testigo de cómo la labor del profesor Darío es un ejemplo de compromiso y perseverancia.
Como cronista y custodio de la historia local, ha dedicado su vida a preservar y compartir la memoria de Gómez Palacio. Desde su participación en la asociación civil hasta su papel como promotor de la cultura revolucionaria, Valenzuela ha asumido una responsabilidad que debería ser compartida por la sociedad y las instituciones.
Su trabajo también pone de relieve la importancia de involucrar a nuevas generaciones en el conocimiento de su historia local.
Él sabe que Gómez Palacio, como cuna de la Revolución Mexicana en Durango, merece un lugar destacado en la historia nacional. Y yo sé que, gracias a la dedicación de custodios como Darío Valenzuela, la memoria de estos eventos sigue viva, aunque, enfrentando enormes desafíos.
Rescatar y valorar esta herencia no solo es un acto de justicia histórica, sino también una forma de reconocer el impacto que tuvo la Revolución en el rumbo de México. Es labor de Darío, pero también de todos los gomezpalatinos, no dejar que ese acontecimiento histórico se desdibuje de las páginas de la historia del municipio.
Invitamos a todo aquel que ha leído este escrito, a visitar el Recinto de la Revolución que está ubicado en la avenida Hidalgo 606, en la zona Centro de Gómez Palacio.