Para quienes no compartimos la ideología comunista, luego de las elecciones presidenciales encontramos cierto halo de esperanza de vivir una izquierda "como en Dinamarca", según las primeras declaraciones y acciones de la presidenta electa Claudia Sheinbaum.
Pasados los días va decreciendo la incertidumbre, aunque las declaraciones de los "rabiosos" no le ayuden.
Desde el inicio de preparación para el segundo período morenista del gobierno en México, -siempre confirmando sus propósitos populistas- aparecieron declaraciones desafortunadas, mezcladas con aciertos en nombramientos; de hecho, los primeros anunciados para conformar el gabinete de la nueva administración, generaron expectativas de cambio en la forma de dirigir los ministerios, moderando lo irracional hacia a lo que parece una visión con estrategia, conocimiento y método.
De la primera etapa del destape: Juan Ramón de la Fuente, exrector de la UNAM, hombre de ciencia y filosofía, será el responsable de las relaciones exteriores del país; señal positiva, conociendo su inteligencia, moderación y capacidades intelectuales.
El nombramiento de Marcelo Ebrard, para la Secretaría de Economía, dejó un sabor agridulce: bueno, al saber de su experiencia en la administración económica, adquirida durante su gestión en la CDMX; malo, por las dudas creadas en el pasado de su honorabilidad. Los señalamientos de corrupción están asentados, aunque sin investigarse a fondo. ¿Recuerda la línea 12 del metro?
Rosaura Ruíz Gutiérrez, educadora con experiencia, tanto en docencia como investigación; además en administración de la educación, será encargada de la ciencia y la tecnología. Genera esperanzas de reconstrucción de los programas de formación de mexicanos con alta especialidad. Recordemos que es el único camino para la independencia tecnológica de México.
Alicia Bárcena Ibarra, a la Secretaría de Medio Ambiente; Julio Berdegué Sacristán, en Agricultura; Luz Elena González Escobedo, en Energía y Raquel Buenrostro Sánchez en la Función Pública; con sus currículums profesionales crean expectativas de buen trabajo, aunque algunos tengan antecedentes entreguistas en la politiquería de AMLO.
David Kershenobich Stalnikowitz, médico internista y hepatólogo, conocedor de la problemática de salud, con experiencia administrativa, sin duda podrá encontrar soluciones para atender nuestros problemas de salud Pública. Declaró su propósito de trabajo orientado, "aunque no iguale a Dinamarca". Refleja honradez profesional.
Ernestina Godoy, consejera Jurídica; íntima y desarrollada en cercanía con AMLO, genera cierto escozor sobre su posible desempeño profesional. Pareciera "un pie atorando la puerta".
Lo que inició con nombramientos de buenos a regulares, se complicó con la siguiente tanda:
Omar García Harfuch, leal a la presidente electa, fue nombrado para darnos seguridad y protección; su desempeño en la CDMX fue de regular a bueno -incluso le costó un atentado a su vida- Lo malo es que estará como jefe sin subordinados, por ser la Guardia Nacional parte del Ejército Mexicano. Usted sabe de la lealtad del soldado al superior en mando.
Elena González Escobar, va a Energía, buen nombramiento de una mujer que, según credenciales, tiene capacidad para el puesto.
La gran decepción es el nombramiento en educación de Mario Delgado; sus méritos: ser presidente de MORENA, meritorio al recolectar votos y leal arrodillado con AMLO. Tuvo un paso fugaz por la Secretaría de Educación de la CDMX -al parecer creando alternativas para ser jefe de gobierno-; sin formación, ni experiencia en educación, hace temer que su misión será asegurar las reformas educativas que permitirán la siembra de adoctrinamiento populista entre las nuevas generaciones de mexicanos. No olvide las acusaciones de corrupción -contrabando de huachicol- que le impiden viajar a EUA. Tampoco aclaradas.
Claudia Curiel de Icaza, para la secretaría de Cultura, con solo 44 años, egresada de la Facultad de Filosofía y Letras, con experiencia en el puesto, en la CDMX, promotora de la cultura en la UNAM, de la Filarmónica de la Ciudad y colaboradora cercana a Claudia Sheinbaum. Con sus antecedentes nos hace pensar en innovación y trabajo arduo.
Josefina Rodríguez Zamora, a la Secretaría de Turismo, joven de 34 años de edad pero con experiencia del puesto, ejercido en Tlaxcala, con éxito. Ahora corresponde demostrar que puede con la carga de la importante industria turística del País.
Marath Baruch Bolaños López, repetirá en el cargo como secretario de Trabajo y Previsión Social, exdiputado de la CDMX y catedrático de la UNAM. Morenista de trabajo meritorio con los jóvenes del partido.
Lázaro Cárdenas Batel, a la Jefatura de la Presidencia. Recordemos que estuvo apoyando a AMLO, hasta que éste criticó a su abuelo por participar en México Colectivo, del que luego se deslindó. Sin "cola que le pisen" y un prestigio familiar a defender, pudiera ser una palanca de trabajo y honestidad para la presidenta.
La gran preocupación es la posible injerencia del caprichoso irracional, utilizando los pilares impuestos con la ubicación de incondicionales en diferentes secretarías; ¿Claudia podrá remediarlo?, o… ¿pesaran más los compromisos que la responsabilidad ante México? Al tiempo.
