El bravucón de Donald Trump logró su primer cometido: poner a temblar a los gobiernos de México y de Canadá con la amenaza de imponer aranceles del 25 por ciento si no controlan la inmigración ilegal y el tráfico de drogas, en especial el fentanilo.
Con su estilo agresivo ya conocido, Trump advirtió al inicio de la semana que los aranceles contra las importaciones los decretaría el primer día de su gobierno y que los mantendrá hasta que dichos países pongan un alto a la ola de inmigrantes y al contrabando de drogas.
Por separado también amenazó a China de imponer un arancel -extrañamente del 10% y no del 25%-- si no frenaba el envío de drogas y de precursores para su fabricación.
El primero en responder a la provocación fue el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, quien conversó telefónicamente con Trump para intentar negociar un acuerdo. Para mala suerte los canadienses han dado la espalda a México y lo menos que han reclamado es que no los comparen con nuestro país.
La presidenta Claudia Sheinbaum fue la segunda en caer en la trampa, al parecer Marcelo Ebrard no le recordó la mala pasada que tuvo con Trump en el gobierno de López Obrador cuando ante una amenaza similar el entonces canciller se arrodilló ante el gobierno norteamericano.
Claudia envió primero una carta aclaratoria donde le informa a Trump que México está haciendo su trabajo tanto en el tema de migración como en el combate al fentanilo.
Ciertamente la mandataria mexicana equivocó el momento, dar explicaciones a un presidente electo a 50 días de tomar el poder no es sensato y menos conociendo el carácter del magnate norteamericano.
Un día después Sheinbaum habló por teléfono con Trump -no queda claro si ella solicitó la llamada-para iniciar conversaciones en torno a las amenazas de los aranceles.
Ufano el futuro presidente presumió minutos después que tuvo "una maravillosa conversación con la nueva Presidenta de México… Ella acordó detener la migración a través de México y hacia los Estados Unidos, cerrando efectivamente nuestra frontera sur".
Añadió que "México detendrá a las personas de dirigirse a nuestra frontera sur, con efecto inmediato. ¡Esto contribuirá en gran medida a detener la invasión ilegal de los Estados Unidos! ¡Gracias!", escribió Trump en su cuenta de Truth Social.
La aplicación general de un arancel del 25 por ciento es prácticamente imposible, en primer lugar porque existe un tratado comercial que el propio Trump firmó en su administración y que además generaría distorsiones económicas monstruosas tanto en México como en Estados Unidos, Canadá y China.
Las exportaciones de bienes y servicios de los tres países hacia Norteamérica en el 2023 sumaron 1.5 billones de dólares, si a ello se le agregara un 25 por ciento de aranceles los efectos serían catastróficos en el mercado.
Cientos de empresas americanas que producen en México resultarían afectadas pero también los consumidores norteamericanos que de un día para otro tendrían que pagar una cuarta parte más por los autos, televisores, computadoras, frutas y verduras que proceden del territorio mexicano.
La pérdida de empleos en ambos países sería significativa toda vez que las ventas de infinidad de empresas se desplomarían. ¿Se imaginan cuántos autos fabricados en México o Canadá dejarían de venderse al subir su valor en por lo menos un 25%?
Trump pues consiguió aumentar sus bonos ante sus electores al comprometer de alguna manera a México y Canadá a tomar acciones contra la migración y las drogas mucho antes de asumir al poder.
Por supuesto esto todavía no concluye, las intimidaciones trumpistas seguirán en distintos rubros toda vez que logró doblegar en su primer intento a México y a Canadá. Curiosamente China mostró mayor cautela y no se fue de bruces en dar explicaciones al neoyorquino.
NOTICIA FINAL…
¿Se acuerdan cuando el dólar se cotizaba en 16.50 pesos por allá a principios del 2024? Pues bien, la ilusión acabó y ahora ronda los 21 pesos gracias a la reforma judicial, la inseguridad y el retorno de Donald Trump. Los efectos para México podrían ser severos en materia de crecimiento y de inflación.
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