El presidente López Obrador. (EFE/ARCHIVO)
Este viernes, el periodista estadounidense Tim Golden publicó dos reportajes detallando los presuntos señalamientos por capos y una investigación por agentes de la DEA al supuesto financiamiento narco a la primera campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador en 2006.
La indagatoria de la DEA tuvo una duración de 18 meses y en ese tiempo consiguió los relatos de narcotraficantes que dijeron que sus bandos financiaron al ahora mandatario a cambio de “promesas de protección oficial” .
Según el medio ProPublica, la investigación de la DEA inició en abril de 2010, luego de que un narcotraficante vuelto informante diera detalles de la entrega de 2 millones de dólares a la campaña de 2006.
La DEA ofreció una operación encubierta para implicar a López Obrador, lo que rechazado por el Departamento de Justicia.
Quienes hablaron del caso para el reportaje lo hicieron desde el anonimato, planteando que la investigación fue abortada “por los posibles riesgos que suponía para la relación de Estados Unidos y México”.
Capos dijeron haber financiado campaña de AMLO en 2006
En ese momento, cabe recordar, el entonces presidente panista Felipe Calderón estaba por concluir su mandato y se gestaba el proceso electoral de 2012, donde contendieron con López Obrador, el priista Enrique Peña Nieto, la panista Josefina Vázquez Mota y Gabriel Quadri del Panal.
Se dice que Édgar Valdeza Villarreal, “La Barbie”, entregó 2 millones de dólares a la campaña presidencial en 2006, pero cuando él y otros capos fueron extraditados a Estados Unidos “el caso ya estaba cerrado”.
Golden revela que de los testimonios tomados por la DEA a Sergio Villarreal Barragán “EL Grande” no hay mención del supuesto pago de 500 mil dólares entregados a López Obrador en junio de 2006, como apuntó Anabel Hernández en su reciente libro.
En cambio, lo que se tiene a partir de 2012 es que asistió a una reunión donde “La Barbie” aceptó financiar la campaña de López Obrador y la entrega de sobornos a funcionarios como el exsecretario de Seguridad Pública en el sexenio de Calderón, Genaro García Luna, quien fue condenado en Estados Unidos por narcotráfico.
Otro testimonio de un capo fue el Jesús Reynaldo Zambada García, quien testificó que presuntamente donó millones de dólares al aparato político del también exjefe de Gobierno de la Ciudad de México.
Zambada García fue el presunto operador del Cártel de Sinaloa en la capital hasta su detención en 2008. Aunque sus testimonios han sido considerados por las autoridades estadounidenses como “vagos y fragmentarios”.
Otros grupos criminales que han hecho señalamientos de supuestamente financiar la campaña de 2006 han sido los Zetas y el Cártel del Golfo, el segundo por el propio exlíder Osiel Cárdenas Guillén.
Sedena advierte de ex guardaespaldas
Uno de los guardaespaldas de López Obrador, el coronel retirado Silvio Hernández Soto, fue objetivo de la DEA y fiscales mexicanos cuando en 2012 detuvieron a varios generales por presuntamente apoyar en el tráfico de drogas a través del aeropuerto de Cancún.
Con la victoria de Peña Nieto, la investigación fue retirada y todos los sospechosos liberados.
Hernández Soto pasó a ocupar un cargo en la Policía de Sinaloa y luego en el sexenio de López Obrador estaba por ocupar un cargo en la Fiscalía General de la República, lo que fue rechazado por el secretario de la Defensa Nacional, el general Luis Cresencio Sandoval quien advirtió que podría tener aún vínculos con miembros del crimen organizado.
La negativa del general formó parte de las filtraciones de los Guacamaya Leaks y en respuesta, el vocero presidencial notificó que Hernández Soto finalemente no fue contratado a ningún cargo.