Parece ser que en Palacio Nacional no están haciendo una lectura profunda de lo que está sucediendo. La "ceguera de taller" está impidiendo ver la realidad.
Se está dando una lucha por el poder real que quizá la Presidenta no percibe, pero tampoco sus allegados incondicionales.
La pérdida de independencia del Poder Judicial seguramente limitará en sus funciones a la doctora Sheinbaum, como Presidenta.
Es evidente que la agenda de la reforma judicial ha estado en manos de López Obrador -desde el inicio de ésta y hasta hoy, como expresidente-, lo cual representa una interferencia extemporánea.
La presidenta Sheinbaum no ha caído en la cuenta de que para proteger la democracia se necesitan los tres Poderes de la Unión, para que siempre se requiera de la sinergia de dos para controlar al tercero.
Si antes la Presidencia de la República tenía influencia sobre el Poder Judicial -y un poco sobre el Legislativo-, hoy el Legislativo se ha convertido en un superpoderoso monstruo que, como un huracán, está devastando el equilibrio de poderes.
El Legislativo hoy ya no está operando como un órgano colegiado institucional -que es el modelo como fue creado-, pues es notorio que hoy ya tiene dueño y es quien está moviendo los hilos -muy a su estilo-, como si sus legisladores fueran marionetas de "teatro infantil".
Frente al empoderamiento del legislativo, a la Presidenta le favorecería realizar una alianza inmediata con el Poder Judicial para rescatar el "estado de derecho" y garantizar la gobernabilidad.
Quizá ella no ha percibido aún que, si no actúa pronto -antes de que se desmantele el Poder Judicial y se aproveche que éste aún tiene autoridad Constitucional-, no pasará mucho tiempo para que ella sea presionada por su partido para defender lo indefendible y pagar las consecuencias derivadas de ello.
Por ejemplo, el caso Sinaloa. La verdad jurídica respecto a la carta redactada por el "Mayo" Zambada -en la que daba su versión respecto a la muerte del exrector y diputado federal Héctor Nemesio Cuén-, indirectamente reconocía su relación con el gobernador Rocha Moya, con el cual esperaba reunirse esa tarde.
Esta versión se contraponía al montaje realizado por la Fiscalía del Estado de Sinaloa. El tiempo le dio la razón al "Mayo" Zambada.
Hoy los grupos en pugna del Cártel de Sinaloa piden la destitución del gobernador Rocha Moya por faltar a sus acuerdos. Además, grupos de ciudadanos empiezan a exigir para este mandatario la "revocación de mandato".
López Obrador, siendo presidente, sin ningún recato le dio un "espaldarazo" y exoneró de cualquier cuestionamiento, no obstante los indicios que surgían. ¿Habrá ignorado el presidente lo que hoy exhiben los miembros de "La Mayiza"?… que dicen tener fotos y videos del gobernador en reuniones.
Tarde o temprano la presidenta Sheinbaum tendrá que asumir una postura frente a este caso, que será la oficial del Gobierno de México y eso tendrá repercusiones internacionales, y en particular, con Estados Unidos.
A la presidenta Sheinbaum ya le tocará dar la cara frente a asuntos peligrosos, asumiendo los riesgos de modo personal, pues estará sola.
Contar con una alianza con un Poder Judicial realmente autónomo y apolítico, -como el actual, que ya va de salida-, le ayudaría a consolidar el control de su gobierno.
Si deja pasar esta oportunidad, siempre tendrá como contrapeso a los otros dos Poderes de la Unión, que responderán ante quien les dio la oportunidad de llegar al cargo, pues el gran elector para cada uno de los legisladores de la bancada de Morena fue López Obrador, quien palomeó las listas.
Conforme avance el sexenio el control del expresidente se acrecentará teniendo a su favor la "revocación de mandato", su jugada maestra para controlar a sus sucesores.
Si a la presidenta Sheinbaum le va bien… le irá bien a México, pero si le dejan una camisa de fuerza -como parece ser esta reforma que nulifica al Poder Judicial-, vendrá el caos y el poder lo tomará el crimen organizado. Estos son tiempos de definiciones para la Presidenta. ¿A usted qué le parece?