Diego Luna muestra en libro su pasión por la actuación
El público recibió entre aplausos este pasado jueves por la tarde al cineasta y actor mexicano Diego Luna, durante la presentación de su libro La neta es chida, pero es inalcanzable, donde se imprime todo un recorrido de su carrera y vida a través de diálogos sostenidos con Roberto Fiesco, en una actividad del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG). También acompañó Alejandro Magallanes, diseñador de la publicación.
La Sala 2 del Conjunto Santander de Artes Escénicas, en Zapopan, Jalisco, comenzó a llenarse desde temprana hora. En primera instancia, Diego Luna quiso reconocer a su padre, el creador escénico Alejandro Luna, quien falleció en diciembre pasado, por todo el conocimiento que le heredó.
Y es que Diego Luna tuvo la oportunidad de nacer prácticamente en un escenario. Recordó que su padre “tuvo la irresponsabilidad” de dejarlo ver el teatro que le viniera en gana. Diego aprendió de primera mano, con la supervisión de la experiencia, sin la necesidad de un pupitre; su salón de clases se extendió tras bambalinas.
El actor protagonista de Y tu mamá también (Alfonso Cuarón, 2001), compartió el momento en el que su interés escénico levantó el rostro. Entonces vivía con su familia en un departamento de Coyoacán, cuando el maestro Luis de Tavira decidió bajar para visitar a su padre. Entonces, el maestro le preguntó a Diego si quería hacer una obra teatro. La respuesta fue afirmativa. “Era una obra de teatro sobre el cine y ahí empezó todo”.
Diego Luna empezó a hacer teatro dirigido por el interés de actuar. Tomó algunos cursos en instituciones, pero no cursó la carrera profesional. Además, lo tenía claro, estaba decidido a ser actor, no necesitaba de un papel que lo validara.
El actor también habló de su paso por la televisión y de qué manera dio el paso al arte cinematográfico. En este andar ha actuado, escrito, dirigido y producido proyectos. Una persona vital para su proceso en el séptimo arte fue Alfonso Cuarón, después de grabar Y tu mamá también, algo en su vocación cambió para siempre.
Diego Luna recuerda que era una época en la que se hacía muy poco cine en México. En Guadalajara, apenas comenzaba a realizarse la Muestra Nacional, evento que más tarde se convertiría en el FICG.
“Había muy poco cine que festejar y eran muy pocas las personas que podían hacer cine. Entonces, hacías teatro y televisión para sobrevivir”.
COMPROMISO SOCIAL
Diego Luna ha producido el documental Estado de silencio, el cual es dirigido por el cineasta Santiago Maza. Este filme forma parte de la competencia oficial del FICG 39 y aborda un tema de sensibilidad social: la situación de peligro que viven los periodistas en México.
Al preguntarle la razón de por qué escoger este tipo de temas, Diego Luna afirmó que en el cine cabe todo, que si se es honesto, no hay manera de huir a esa confrontación. Es algo que le resulta natural, que ha estado dentro de él desde que vivió el terremoto de 1985 en Ciudad de México y observó el sentido de comunidad entre los mexicanos.
“Si el cine no funciona como espejo, si el cine no funciona como un reflejo, si el cine no se conecta con lo más profundo de nuestro contexto, de quienes somos, de nuestra vida en comunidad, no tiene sentido; existe por eso, existe para eso. Así lo aprendí a ver, así lo aprendí a hacer. Nunca vi a mi papá trabajando en una obra de teatro que hablara de algo que no le importara”.
Diego Luna recibirá el Premio Mayahuel al Cine Mexicano del FICG el próximo 15 de junio.