Disley Rodríguez considera que la vigencia del ballet a través de los siglos radica en su necesidad de disciplina, sus bases.
El ballet le ha significado una lección de vida. En los ensayos se insiste en alcanzar un objetivo, se convive con la prueba y con el error, hasta que la coreografía deseada toma forma y cada unas de sus partes se armoniza a través del movimiento.
“En clase de ballet generas eso: si no te sale hoy, insistes, insistes, te caes mil veces y sigues insistiendo. Creo que eso me lo llevé a mi vida cotidiana, creo que mucho de mi ser es viene de ahí, viene de esa formación en el medio clásico. Entonces es eso, mucha exigencia en mí misma, mucho no darme por vencida. Ese es el mayor regalo que me ha podido dar la danza”.
¿QUIÉN ES Y CUÁL ES SU RELEVANCIA?
Disley Rodríguez es una maestra cubana residente en La Laguna. Egresó del Instituto Superior de Arte de La Habana, donde se licenció en Arte Danzario. Actualmente es directora del área de ballet y cocreadora del Programa Life Movement de la Escuela Corpus Danza en Torreón. Compartirá todo su conocimiento a través de una conferencia titulada ‘El ballet clásico desde la mirada de la escuela cubana’, la cual tendrá lugar el próximo miércoles 24 de enero, a las 18:30 horas, en la Biblioteca José García de Letona. La entrada será gratuita.
En esta plática, la coreógrafa conversará sobre su vida, origen, formación profesional, así como su vocación y amor por el ballet. Empleando medios como la fotografía y el video, explicará detalles técnicos sobre la danza clásica, el vestuario y sus exigencias. Así mismo, mostrará qué autores y libros influyeron en su cultura personal.
Disley Rodríguez considera que la vigencia del ballet a través de los siglos radica en su necesidad de disciplina, sus bases. La organización juega un papel crucial en este arte. Cada clase tiene una dosificación que permite la depuración de la técnica, lo que convierte al ballet en base de otras danzas.
“La danza contemporánea u otros estilos tienen como la libertad de movimiento, la expresión y eso. En muchas ocasiones, los mejores bailarines de estas danzas son precisamente bailarines que vienen del ballet clásico, que piden hacer después otros estilos. Entonces, ¿qué nos va a dar el ballet? Pues estas bases de coordinación, colocación, entendimiento del movimiento”.
Cabe señalar que en la primera parte de la charla, la ponente se concentrara en la escuela cubana del ballet. Se trata de una escuela que integra la parte de lo autóctono, a través de los cuerpos latinos. La maestra cita el legado de la gran Alicia Alonso, precursora de este estilo.
“Todos los maestros de Alicia Alonso eran rusos, entonces viene como desde esa formación tanto de la escuela rusa y como maestra en Estados Unidos. Entonces, cuando se va a Cuba se da cuenta de que hay muchas cosas que no eran acordes a la anatomía de los hombres y de las mujeres latinas: tenían piernas un poco más cortas, torsos más pequeños, caderas más anchas. A partir de ahí se empieza a gestar un movimiento diferente al que se realizaba en Europa”, comentó.