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El Cascanueces

J. SALVADOR GARCÍA CUÉLLAR

Es común la interacción de unas artes con otras, por ejemplo, encontramos libros de literatura que han inspirado a los compositores musicales para crear obras que resultaron verdaderamente clásicas. Así es el caso de la conocida suite El Cascanueces, escrita por Piotr Ilich Chaikovski, que es, a su vez, una selección de las piezas más destacadas del ballet completo y que tiene el mismo nombre.

Todos sabemos lo que es un cascanueces. Los más sencillos son unas pinzas (o palanca de segundo grado) con las que podemos romper pequeños objetos duros, como las nueces, pero también los hay adornados, o bien, hechos en formas diversas.

Hay otros tipos de cascanueces, como los de tornillo, cuya rosca se hace girar para romper la cáscara de las nueces mediante presión. También existen los de martillo, que rompen la cápsula de la nuez por percusión.

El cuento de navidad original que inspiró la música de El Cascanueces y sus correspondientes coreografías fue escrito por Ernest Theodor Wilhem Hoffmann, literato alemán del siglo XIX. Su historia es mucho más compleja y oscura que la versión simplificada que conocemos hoy, y que fue adaptada a una sensibilidad más simple por Alejandro Dumas. Es la más comúnmente conocida.

En la historia de Hoffmann, una niña llamada Clara recibe como obsequio de navidad un cascanueces en forma de soldado. Ella queda inmersa en un sueño y se enfrenta a un ejército de ratones contra los que lucha el soldadito cascanueces que había recibido de regalo. En un acto de valentía, Clara derrota al Rey Ratón con su zapato y el soldado cascanueces se convierte en apuesto príncipe. Juntos van a un bosque nevado y empiezan una excitante aventura. Al llegar a un reino encantado, son recibidos por el Hada Confite, quien los guía a través de un mundo lleno de dulces y delicias donde Clara y el príncipe cascanueces presencian un espectáculo inolvidable: un ballet de copos de nieve, un vals de flores, una danza de los mirlitones (instrumentos musicales de viento hechos de caña) y muchas otras escenas encantadoras. Después de otras gratísimas experiencias, Clara despierta en su cama y se percata de que todo ha sido un hermoso sueño. Esta historia tiene otras ramificaciones que aquí no mencionamos por falta de espacio y por no ser pertinentes para los propósitos del presente artículo.

La historia se popularizó en Europa y causó que la gente, en vísperas de la navidad, regalara cascanueces en forma de soldado, luego esto se convirtió en una tradición que aún persiste. Por esa razón el soldado cascanueces sigue siendo un adorno de navidad muy común. Incluso nos damos cuenta de que en las actuales tiendas departamentales venden adornos navideños en forma de soldado cascanueces, aunque no todo mundo conoce la razón por la que se da esta tradición.

Chaikovski, músico ruso del periodo del romanticismo, tomó esta historia y compuso el ballet del que se desprende la suite que todos conocemos como El Cascanueces, e identificamos sus partes como si fueran independientes, algo muy común en este tipo de grupos de piezas bailables, así disfrutamos el Vals de las Flores o la Danza de los Mirlitones.

Debemos recordar que una suite es una serie de piezas musicales para la danza. Antiguamente era muy escasa la música independiente del baile y del canto, por eso sucedía que las composiciones se hicieran pensando en cómo se podían bailar por quienes las escuchaban. Chaikovski tomó la tradición y compuso estas danzas también con su mente dirigida hacia los ejecutantes de un ballet clásico, así lo vemos en las representaciones de El Cascanueces en los espectáculos teatrales, cinematográficos o televisivos.

Las piezas bailables de esta suite corresponden a lo que Clara y el apuesto príncipe Cascanueces, protagonistas del cuento de Hoffmann, vieron en aquel bosque nevado a donde los llevó el hada Confite. Si conoce usted esta historia, muy bien podrá identificar las partes musicales escritas por el autor ruso. El Hada de Azúcar baila cadenciosamente, también podemos fácilmente adjudicar movimientos rítmicos a habitantes de sus respectivas latitudes, quienes ejecutan las danzas rusa, árabe y china. La Danza de los Mirlitones no es otra que la también llamada Danza de las Flautas de Caña, pues la última es una descripción en español de los instrumentos musicales nombrados en la primera. Por último, el vals de las flores es una pieza musical muy inspiradora que nos lleva a sublimes regiones de la imaginación.

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