Foto 1: Ramón Sotomayor
Dentro de los trabajos de restauración de el Cristo de las Noas, uno de los monumentos más emblemáticos de Torreón, se tiene contemplada su coronación. El Santuario de Cristo Rey, encabezado por el padre Víctor Manuel Gómez, ha encargado la tarea de diseñar y colocar la corona al escultor Rafael Torres Lugo y a los ingenieros David Leal e Ignacio Quiroz.
Se trata de un proyecto en dos fases. La primera consiste en construir y entregar una corona de concreto, con un peso de 260 kilogramos y precio de fabricación de 200 mil pesos, la cual será bendecida en el mismo santuario el próximo 27 de noviembre. La segunda será la coronación de la escultura, programada para la próxima Semana Santa, una vez completada la restauración total del Cristo, estimada en 2.4 millones de pesos.
En entrevista, el ingeniero David Leal recalca que esta iniciativa no pretende dañar la obra original realizada por Vladimir Alvarado entre 1981 y 1983, sino complementarla con una corona de concreto ligero, reforzada a través de resina y acero. Gracias al apoyo de una grúa, la corona será ensamblada al Cristo con vigas de acero inoxidable, para crear el efecto de que se trata de una sola pieza.
La corona consiste en una elipsis con eje superior de 1.6 metros, mientras que su eje interior es de 1.38 metros. Tiene una altura de 90 centímetros desde la base hasta la parte superior de la cruz y de 60 centímetros al nivel de los picos. Su espesor es de 12 centímetros, pero alcanza hasta 15 centímetros en relieves acumulados.
Los ingenieros aseguran que estos materiales durarán mínimo 50 años, soportando los vientos secos de La Laguna, la lluvia y hasta la caída de granizo. Según los responsables, la corona de concreto se entregaría al Santuario de Cristo Rey el 22 de noviembre pasado.
CONCEPTO ARTÍSTICO Y RELIGIOSO
Rafael Torres Lugo (Torreón, 1972) es un reconocido artista visual con una trayectoria de más de 30 años. Ha expuesto en países como República Dominicana, Estados Unidos, Baréin y en distintos puntos de la República Mexicana. Para diseñar la corona del Cristo de las Noas, consciente de la responsabilidad, se adentró en una investigación exhaustiva de simbolismos religiosos. A raíz de eso, determinó qué elementos debe tener una escultura de estas características.
“La coronación es un elemento relevante para la cultura católica, porque es la manifestación de que Cristo es vencedor. Cristo es vencedor a la muerte y al sufrimiento que padece el ser humano, es la reivindicación de la figura divina y sagrada. Entonces, es un Cristo vencedor, que aparte de haber resucitado, lo hace de una manera esplendorosa”, indicó el creador.
La corona que será colocada en el Cristo de las Noas está conformada por siete picos, la máxima representación del poder de un rey, pues en la antigüedad, según explica Torres Lugo, hacían referencia al “rey de los siete mares”, al “rey de todo lo que existe sobre la tierra”. Incluso, los picos en este tipo de coronas podrían asemejar también a un oleaje.
“En la parte central puse una cruz, cuya forma es muy característica, porque se utilizaba como símbolo de poder, sobre todo por las legiones de cruzados. No con la simbología de violencia, sino con la simbología de que era la verdad la que se estaba defendiendo. Entonces, la forma peculiar que tiene la cruz de la corona es una representación de la verdad”.
También en la parte central de la corona, Torres Lugo colocó el corazón de Jesús, es decir, “el completo amor triunfador”. De esa cruz emanan unas llamas, las cuales indican el calor y la fuerza que protege a la región.
“Al ser el Cristo el punto más alto (de la región), simplemente está cubriendo a La Laguna. Entonces, eso unido al concepto original del escultor Vladimir Alvarado, que es un Cristo con los brazos abiertos; está extendiéndonos su bendición, pero ahora como un Cristo Rey, con estos elementos simbólicos”.
Además de los elementos universales ya mencionados, la corona cuenta con referencias a la Comarca Lagunera: en sus laterales se representa el paisaje de la región a través de los llanos. Es decir, desde lo universal, Torres Lugo se dirigió a lo local, con la intención de crear una corona única en el mundo.
Por tal razón, el escultor dijo estar consciente de la tarea puesta en sus manos, pues se trata de complementar a uno de los elementos identitarios más importantes de la ciudad, el proyecto de mayor relevancia en su carrera.
“Todos los que participamos en esto vamos a dejar huella en un elemento que es muy característico de aquí. Considero que es el punto más importante de mi carrera, por el significado que tiene tanto del punto de vista cultural, social y religioso”, cerró Torres Lugo.
MONUMENTO IDENTITARIO
Según información del historiador Carlos Castañón, fue el padre Manuel Herrera quien en 1966 se propuso edificar una modesta capilla para Cristo Rey, junto a una estatua de ocho metros, en lo alto del cerro de las Noas —cabe recordar que “¡Viva Cristo Rey!” fue el lema de la Guerra Cristera (1926-1929) y una vez pacificado el conflicto, un grupo de fieles católicos comenzó a levantar monumentos como el del Cerro del Cubilete (1944), en Guanajuato—.
Más adelante, el padre José Rodríguez Tenorio tuvo la visión de hacer del cerro de las Noas un complejo turístico-religioso. Así que en 1981, apoyado económicamente por el empresario Benjamín Aguilar Méndez (locatario del Mercado Juárez), contactó al escultor coahuilense Vladimir Alvarado, quien proyectó la escultura monumental de un Cristo de concreto de 21 metros de altura, misma que hoy en día custodia a la urbe. La obra recibió la bendición el 17 de abril de 1983 y tuvo un costo de 15 millones de viejos pesos.
“Aquí lo interesante es que la figura del Cristo de las Noas es emblemática de la identidad de Torreón. A tal punto que cuando se muestra alguna imagen turística en el aeropuerto o en alguna agencia de viajes, se muestra al Cristo de las Noas como uno de los símbolos de la ciudad”, explicó el historiador.
Por ejemplo, entre los locatarios del Mercado Juárez, el Cristo de las Noas es una de las figuras más pedidas por los turistas. Se encuentra en tazas, playeras, llaveros, tarros, vasos tequileros, platos, esculturas pequeñas, adornos y otros suvenires.
Sergio Sifuentes es uno de estos comerciantes. Desde hace una década ha laborado en el Mercado Juárez y dijo no estar enterado de la coronación del Cristo de las Noas, pero que la mercancía tendrá que adecuarse si eso ocurre.
“Se va a tener que modificar todo. Ya sea en las imágenes, en las tazas, en tarros, en todo, porque tiene que ir acorde”.
Al consultarle su opinión sobre el proyecto de la coronación, Sifuentes respondió: “Se me hace raro, pero pues es algo que ya es decisión de ellos”.