Este jueves 26 de diciembre se cumplen 20 años desde que un devastador tsunami azotó el sur del continente asiático, cuyas olas alcanzaron África, Oceanía e incluso la Antártida.
Registrado como el terremoto en el océano Índico, este tuvo su origen cerca de Indonesia, cobró más de 250 mil vidas y se le considera uno de los desastres naturales más mortíferos del siglo. Cerca se encuentra el terremoto de magnitud 7.3 que sacudió Haití en enero de 2010 y dejó más de 220 mil muertos.
Del tsunami en el Índico, la revista National Geographic reportó que es considerado el más mortífero de la historia humana.
Fue el 26 de diciembre de 2004 a las 07:59 de la mañana cuando un terremoto en el suelo marino con una magnitud de 9.1 azotó la costa de la isla indonesia de Sumatra. En las siguientes siete horas un tsunami generado por el sismo y con olas de hasta 50 metros se extendió por el océano Índico, devastando áreas costeras tan lejanas como Struisbaai, Sudáfrica, a 8 mil 500 kilómetros del epicentro y que registró una marea 1.5 metros más alta casi 16 horas después del sismo.
Estas olas fueron también captadas incluso la Antártida.
En la provincia de Aceh en Indonesia, las olas alcanzaron los 51 metros, causando inundaciones de hasta cinco kilómetros tierra adentro. Mientras en Somalia fueron de entre 3.4 a 9.4 metros de altura.
Para darse una idea de la intensidad del tsunami, el astabandera ubicado en la Plaza Mayor de Torreón tiene una altura de 60 metros.
El impacto del tsunami fue tan grande que murieron más de 200 mil personas, principalmente en Indonesia, Tailandia, India, Sri Lanka, Malasia, Maldivas, Myanmar, Seychelles e incluso Somalia. Unos 15 países sufrieron amplios daños, muertes, el desplazamiento masivo de personas, la destrucción de hogares, ciudades, vidas, infraestructura y destrozos en las áreas costeras.
Entre los fallecidos y desaparecidos también se cuentan miles de turistas no asiáticos.
El Australian Institue for Disaster Resilience documentó que a lo largo de la región aún se cree que más personas de las reportadas fueron arrastradas por las olas y no fueron contadas, por lo que la cifra de víctimas sería mucho mayor.
El medio Al Jazeera entrevistó a una de las víctimas del tsunami, quien se encontraba en Sumatra, cuando ella y su esposo vieron a personas huir en frente de su hogar, advirtiendo del avance del mar. En cuestión de minutos fueron sobrepasados por las olas y con ello para la mujer fue la última vez que pudo ver a su hija de dos años de edad.
“Ella ni siquiera estaba llorando o diciendo algo. Solo me estaba viendo. Yo sabía que nos separaríamos”, narró en su testimonio Cut Sylvia, cuyo esposo sobrevivió al subirse a una palmera de cocos, mientras ella logró aferrarse al techo de una casa.
La pareja se reuniría una semana después en la ciudad de Medan a 600 kilómetros de su hogar.
Luego del impacto del tsunami, los daños materiales y las pérdidas de valor se calcularon en un costo de 10 mil millones de dólares, según la Enciclopedia Britannica.
Principalmente por los daños permanentes causados, como fueron las inundaciones con agua de mar que inutilizaron las tierras de cultivo o las toneladas de escombros arrastradas.
El terremoto tuvo el doble de energía que todas las bombas utilizadas durante la Segunda Guerra Mundial y se encuentra registrado como el tercero más fuerte en el mundo desde 1900.
Debido a su gravedad, el tsunami fue una de las razones por las que ha evolucionado el sistema de alerta temprano. Un ejemplo de esto fue cuando otro terremoto azotó en 2012 el mismo punto en Indonesia y los pobladores tuvieron ocho minutos para prepararse.