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Día Nacional del Libro

El escritor Saúl Rosales celebra el Día Nacional del Libro: 'El libro es mi memoria y mi refugio'

A sus 84 años, asegura que los libros han sido su memoria y su compañía incondicional

FOTO: Ramón Sotomayor

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SAÚL RODRÍGUEZ

El libro es uno de los mejores inventos de la humanidad, dice el escritor Saúl Rosales (Torreón, 1940) en el marco del Día Nacional del Libro y a unas semanas de haber cumplido 84 años de vida. Está en el comedor de su casa, rodeado por tomos de distintas épocas.

Calcula que incluso pudo haber reunido más de mil, aunque ya ha empezado a desocupar sus estanterías grises y regalado algunos ejemplares. Se le pregunta la razón, responde que es consciente de que se encuentra en el último umbral de la existencia, aunque denota lozanía. Por eso ríe un poco, se bufa de la idea de encontrarse ante las puertas de la finitud.

“Tengo 84 años, ya me están sobrando cosas en mi vida, y entre esas cosas que me sobran están los libros que menos frecuento. Conservo los que me son todavía útiles, los que me son presencias, casi paternales, porque me guían, me inducen”.

El maestro se levanta de su asiento y se dirige a un estante frente a él, marcha por la habitación como si los libros lo llamaran. Estira la mano, hurga entre compendios de páginas e historias. Entonces extrae un ejemplar de español de sexto año de primaria, publicado en 1974 por la Secretaría de Educación Pública (SEP). Lo deja en la mesa y enseguida habla sobre la importancia del idioma, al tiempo que se abre una ventana de sus recuerdos.

“Este libro he querido conservar porque trabajé en la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos, donde se producían estos volúmenes. Entonces, por eso tuve la oportunidad de tener estos libros. Y como lectura de información y como lectura de esparcimiento, estos libros y su espíritu totalmente didáctico, son muy atractivos”.

Fue precisamente en la primaria cuando recibió el primer llamado literario. El relato América es mi patria (1955), del autor yucateco Wilberto Cantón, lo ayudó a definir su vida. El texto narra el viaje que un polizón realiza en barco por toda América. A Saúl Rosales se le develó entonces el poder de la palabra, al cual hay que aspirar para ejercerlo. También se le descubrió la magia de la literatura, esa que permite abrirse al mundo a través de la imaginación.

“Yo, un niño de primaria, no me podía imaginar cómo sería una calle de Buenos Aires, o cómo serían los Montes Apalaches en Estados Unidos, o cómo sonaba La niña de Guatemala de José Martí (porque el libro traía poemas), o cómo sería atravesar el Canal de Panamá. Todo el libro se trata de eso, de ir visitando países. Entonces, el libro con su magia me abrió el mundo, mi mundo se extendió”.

CELEBRACIÓN LITERARIA

Fue en 1979, cuando por decreto presidencial se instauró el 12 de noviembre como el Día Nacional del Libro en México, esto en el marco del natalicio de la poeta Sor Juana Inés de la Cruz (1648-1695). No hay que confundir esta fecha con el Día Internacional del Libro, el cual se conmemora el 23 de abril en el marco del aniversario luctuoso de William Shakespeare y Miguel de Cervantes.

Sorjuanino de toda cepa, Saúl Rosales celebra el Día Nacional del Libro, luego de que este año publicara el poemario Doble imposibilidad y la narrativa histórica de El poder tras el trono de Moctezuma. Considera la fecha una buena vinculación con el natalicio de la llamada Décima Musa, aunque se confiesa opositor de que se dupliquen los homenajes.

“No es que considere que es falta de respeto, no, no. Es, sencillamente, ¿para qué bifurcar un homenaje? El Día del Libro podría ser cualquier otra ocasión. Pero de cualquier manera, ya una vez instituido este homenaje bifronte, la importancia radica en que, mediante la figura de Sor Juana, a la cual la gente identifica, se promueve la existencia del libro”.

El libro le ha resultado una compañía incondicional, un instrumento que le permite ir al fondo de las cosas. Si las dudas lo asaltan, hojea tomos y tomos hasta que logra replegar la incertidumbre. Se cobija con las páginas, como un trotamundos que ha encontrado un hogar. Es también un arma contra el olvido, pues a través de él ha logrado rescatar la memoria que a veces amaga con escaparse.

“Los libros, en gran medida, son mi memoria; me auxilian en cualquier momento para algún trabajo, para alguna duda. Cosas que ya no recuerdo, voy a los libros que conservo […] El libro se entrega incondicionalmente, en cualquier momento, en cualquier situación”.

Son casi las 12 del mediodía. El escritor sube por una escalera angosta hasta su dormitorio. Enseguida se divisa el armario custodiado por una imagen de Sor Juana Inés de la Cruz. “Tómenme la foto con ella”. Saúl Rosales acerca una silla, se sienta y abre un volumen de la antología sorjuanina publicada por el Fondo de Cultura Económica (FCE). Clic, clic. Un disparo, una captura. Su mirada en picada se pierde en los versos. El libro se le ha entregado.

FOTO: Ramón Sotomayor
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