Ha terminado la temporada 2023 – 24 del mejor basquetbol del mundo, y los Celtics han llevado a sus vitrinas su décimo octavo título de la NBA, convirtiéndose así en la organización con más campeonatos de la liga. El lunes pasado, hasta ya nos imaginábamos que era un partido de trámite, vencieron a los Mavericks en el quinto juego y hasta parecía que la gente de Joe Mazulla le había bajado la fuerza a las turbinas en el cuarto partido, porque querían levantar el trofeo Larry O´Brien con sus aficionados.
Los Celtics ganaron 64 partidos en la temporada regular liderando la liga y luego pasaron al siguiente nivel cuando más importaba, y eso se debe a que la postemporada fue una flexión completa y total, con sólo tres derrotas repartidas en cuatro rondas, siendo una exhibición que será reconocida por la historia y se reflejará bien al comparar a estos Celtics con los mejores equipos de esta era.
Dado que fueron los amos y señores de octubre a junio, tal vez la mayor amenaza de los Celtics desde el principio fueron ellos mismos. La anticipación a esta temporada era grande para un equipo con un par de estrellas certificadas y capas de jugadores sólidos y confiables, fuimos testigos de que Boston nunca flaqueó ante el peso de las expectativas.
Ganaron con y sin Kristaps Porzingis, su pivote de 7 pies 3 pulgadas, frecuentemente lesionado, que se tambaleó durante la temporada y luego se perdió aproximadamente un mes de playoffs, pero ejecutaron una eliminación en primera ronda, dejando fuera al Calor de Miami en cinco partidos, un equipo que los atormentó en las finales de conferencia la temporada pasada y después dejaron en el camino a los Cavaliers en cinco juegos, para, posteriormente, barrer a Indiana.
Sí, hubo un poco de buena suerte (¿trébol?) en el camino ya que Jimmy Butler, Donovan Mitchell y Tyrese Haliburton, entre otros, se perdieron la totalidad o parte de la postemporada, pero ese es el caso de muchos campeones. Pero si naces sin suerte, debes tener fortuna y ser bueno para levantar el trofeo, y eso no debería diluir lo que acaban de hacer los Celtics, porque nuevamente dominaron la NBA desde el principio.
¿Y la mejor parte? Cumplir 18 años suele ser una señal de madurez, de crecer por fin, o al menos en situaciones típicas, y entonces, ¿por qué los jugadores de los Celtics bailaron en el suelo del TD Garden cubierto de confeti a última hora del lunes como niños de jardín de infantes? ¿Por qué su estrella, Jayson Tatum, se puso a llorar mientras pasaba de compañero de equipo en compañero de equipo, dejándolos sin aliento? ¡QUE VIVA LA NBA!