De igual manera, como cada 15 de abril, todos los equipos de Grandes Ligas juegan con el famoso número 42 de Jackie Robinson para honrar al pelotero que rompió las barreras de la desigualdad, fue un placer cuando, el pasado lunes 24 en el Oracle Park, de San Francisco, todos los elementos del equipo de los Gigantes, jugaron usando el número 24 en su espalda, un guarismo que no había sido usado por un pelotero de la bahía desde Willie Mays en 1972, en una noche en que los Gigantes derrotaron a los Cachorros, 5-4, en el primer partido de la serie siendo el primer juego en casa del equipo desde que Mays se nos adelantó en el camino, la semana pasada a los 93 años.
Los Gigantes celebraron la vida del fallecido gran Willie Mays y lograron honrar a su ícono de la franquicia de la mejor manera posible, con una victoria donde Wilmer Flores asestó el golpe decisivo al otorgar un boleto con las bases llenas y dos outs contra el zurdo de los Cachorros, Drew Smyly y parecía que la noche se iba a echar a perder, ya que, el equipo que dirige Bob Melvin, había entrado al final de la novena perdiendo por dos carreras, pero empataron el juego con elevados de sacrificio del bateador emergente Michael Conforto y Austin Slater.
Ya casi estamos a mitad de la temporada 2024 del mejor beisbol, porque el próximo 16 de julio en el Globe Life Field, casa de los actuales campeones, Rangers de Texas, se llevará a cabo el famoso All Star Game que reúne a la crema y nata de lo mejor del “Rey de los deportes” y será ¿El verdadero ecuador de la temporada?
Ya que justo al día de antier, martes 25, tres equipos ya habían jugado su partido número 81 y todos deberían hacerlo al final de esta semana, lo que viene siendo, en otras palabras, estamos casi a medio camino de casa y parece que ni cuenta nos hemos dado.
Y primero pensemos, no en Shohei Ohtani sino ¿Quién gana la batalla entre Yankees y Orioles? Ya que, hasta ayer miércoles 26, era la pelea más cerrada en una división donde la escuadra que dirige Aaron Boone sólo le llevaba dos juegos de ventaja a Baltimore, y sin ofender a los Medias Rojas, que se han enardecido un poco últimamente, el enfrentamiento de la División Este de la Liga Americana entre dos de los mejores equipos del beisbol (escuadras que tienen cierta antipatía histórica real entre sí) puede resultar en una de las mejores carreras que hemos vivido en este sector en muchos años.
Esto es particularmente cierto porque la ventaja del equipo que gana la división sobre el que no la gana es sustancial, ya que, es la diferencia entre tener un fin de semana libre al comienzo de los playoffs y tener que enfrentarse a un equipo comodín muy luchador en un set al mejor de tres, y hay que pensar que la escuadra de Nueva York tiene dos de los principales candidatos al premio JMV de la Liga Americana en Juan Soto y Aaron Judge, pero los Orioles tienen uno propio en Gunnar Henderson. Ambos equipos también tienen aspiraciones legítimas de Serie Mundial y algunos demonios reales de postemporada qué exorcizar, donde hay mucho en juego para cada uno, pero lamentablemente para la escuadra que maneja Brandon Hyde, hasta el martes pasado, tenían una racha de cinco derrotas de manera consecutiva, ya que después de ganar los dos últimos partidos en el Bronx, ya no volvieron a conocer la victoria (sin saber qué haya sucedido ayer en el último de la serie en contra de Cleveland) y tienen una serie de tres juegos en casa, en contra de los Yankees 12, 13 y 14 de julio y se volverán a ver las caras en el Bronx, que se avecina en la última semana de la temporada, y bien podría decidir la división, si no más.