Apenas un triste empate a cero goles pudo sacar Santos frente a Mazatlán, y no es que a la escuadra santista se le haya olvidado como ganar, es simplemente que no le alcanza, los laguneros son, como lo hemos venido señalando desde que arrancó el torneo, un equipo muy limitado, con muy escasa calidad y muy poco talento en sus filas, lo que se traduce en un muy pobre desempeño individual y colectivo, que como señalamos líneas arriba no le alcanza para ganar ni contra los conjuntos más débiles del torneo; así nos lo muestran de manera más que clara sus dos últimos encuentros, que ni porque han sido en casa y ante rivales muy flojos ha podido sacar tan siquiera una victoria.
Dentro de lo poco rescatable del juego del viernes pasado por la noche está el hecho de que el punto conseguido le sirvió a Santos para abandonar la cola de la tabla, tras la derrota de Querétaro, a quien le ha dejado el incómodo y deshonroso lugar.
Pero también hasta ese mísero punto conseguido, puede resultar demasiado premio para lo poco que es capáz de generar el equipo de la comarca, porque la verdad sea dicha, ninguna de las dos oncenas hizo mucho por la victoria, es más, los visitantes habrán tenido más méritos por el hecho de ser visitantes y haber asumido una postura ofensiva, despuntándole la iniciativa al conjunto de casa y por momentos arrebatársela, pero también es cierto que no tuvo la puntería necesaria, y como los de la Laguna, desperdició las escazas chances que generó, por lo que el empate es justo, pero el punto también resulta mucho premio para los méritos hechos por ambos rivales en el juego.
Como ya lo he señalado, el torneo ya es una muy mala historia para Santos, que a lo único que puede aspirar el conjunto santista es a alejarse de la última posición, a tratar de colocarse lo mejor posible en la tabla de cara a los próximos torneos y los porcentajes. Con este torneo ya perdido, es de esperarse que la directiva que hoy encabeza el joven Aleco Irarragorri esté, desde ahora mismo, analizando lo que hay que hacer para revertir la situación que vive el conjunto santista, desde la misma continuidad de Ignacio Ambriz, pasando por la de varios de los jugadores que en su momento llegaron como supuestos refuerzos, pero que han quedado a deber muchísimo, porque pocos se salvan de la quema después de esta malísima campaña.
Pero más allá de un análisis que se supone lógico, éste debe ir acompañado de un ejercicio de autocrítica que no sea solo un simple discurso, la autocrítica es ciertamente difícil, y no debe sustentarse solo en puntos de vista propios, que pueden inducir a tener una visión sesgada de lo que realmente pasa con la institución; Aleco debe escuchar opiniones de fuera de la institución, que enriquezcan ese ejercicio autocrítico para que resulte provechoso y sea una buena base para una evaluación certera de lo que se debe corregir en la organización santista, que no es poco, pero que también tiene mucho que puede y debe rescatarse.
La chamba no es poca, le esperan días que sin duda serán aciagos para Aleco, en este futbol nuestro de cada día.