La artista brasileña Vanessa Freitag. (RAMÓN SOTOMAYOR)
Tras inaugurar su exposición No hay lugar encontrado sin lugar perdido, en la galería del Centro de las Artes del Norte (CAN), al interior de Casa La Morelos, la artista brasileña Vanessa Freitag (Santa Rosa, 1989) reflexiona sobre un hito de nostalgia. Su obra compuesta por piezas de escultura blanda, supone una mirada hacia lo microscópico y la sutileza de formas que se encuentran en la naturaleza.
Más que sentimientos, Freitag apunta hacia cosas que en ocasiones pasan desapercibidas en la acelerada rutina del día a día. Subraya la falta de contacto con el entorno natural, con el ambiente. Sus esculturas, elaboradas a través de retazos de tela que obtiene de ropa, buscan cobijar al espectador, hacerle sentir protegido, darle la sensación de seguridad.
Freitag se encontró con este tipo de escultura mientras estudiaba artes en la universidad. El material lo obtiene de ropa de paca, de segunda mano. Según se indica en su sitio web, Vanessa Freitag se dedica a investigar el lenguaje textil y sus posibilidades, tanto en materia como en técnica. Se introduce en la costura, el crochet, los tejidos, los bordados. Esto le permite representar en tangible los paisajes que observa e investiga.
“Tengo 20 años que empecé a trabajar este material de forma muy experimental. Después estuve casi 10 años sin trabajar la escultura. La retomo cuando llego a México (2008) y desde ahí ya no la dejé. Siento mucho interés por el material, veo muchas posibilidades”.
A Vanessa Freitag le parece mágico encontrarse en el norte de México. Habitar un nuevo espacio supone un proceso que toma bastante tiempo, pues debe transformarse de tal manera que pueda sentirse propia.
“Involucra muchos ámbitos, muchos aspectos. Y no es fácil muchas veces ese proceso de adaptación de una cultura a otra. Creo que hacen falta también espacios de encuentro, espacios donde podamos compartir, donde podamos habitar de manera armónica o tranquila. Por lo que observo, son muchos conflictos en la sociedad. A través del arte, me parece un espacio donde puedo habitar, donde siento que puede ser mío, propio”.
Además de la exposición, Vanessa Freitag ofreció un taller a artistas locales e impartió este viernes la plática Sobre el proceso de creación de un espacio habitado.
Cabe resaltar que las obras de Freitag han sido expuestas en México, Brasil, Chile, Puerto Rico, Ucrania y Rumania. Entre sus reconocimientos destaca el segundo lugar en escultura en la Bienal Olga Costa (2023), el primer lugar en escultura en el Salón de Arte Contemporáneo de Irapuato (2021), la mención honorífica en FIBRA-I Bienal de Arte Textil de Porto Alegre, en Brasil (2019). Además, colaboró con el proyecto MEIOCura de Flotar Programa, en Ciudad de México.