El centrocampista del Sevilla Óliver Torres y el centrocampista de la Real Sociedad Beñat Turrientes, durante el partido de LaLiga EA Sports de la jornada 27 disputado este sábado en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán de Sevilla.- EFE/José Manuel Vidal
El Sevilla firmó una victoria de muchos quilates contra la Real Sociedad (3-2) que le sirve para distanciarse de la zona de descenso, a costa de un rival sin fútbol y en depresión que compromete su presencia en competiciones europeas la próxima temporada.
La Real Sociedad salió al Sánchez-Pizjuán con la mente aún puesta en la eliminación copera ante el Mallorca o en la vuelta de la 'Champions' del martes ante el Paris Saint-Germain, tal vez, pero lo cierto es que sus futbolistas no tenían todos los sentidos en el duelo contra el Sevilla, que dominó a placer el primer cuarto de hora.
Antes del minuto 5, En-Nesyri e Isaac habían dispuesto de sendas ocasiones y antes del cuarto de hora, los dos delanteros del Sevilla se asociaron ante la pasividad de la defensa visitante para que un doblete del marroquí abriese brecha en el marcador.
A la salida de un córner, tras un empalme fallido de Hannibal en el borde del área, Isaac remató contra el cuerpo de Remiro y su compañero remachó el 1-0; en la jugada siguiente, el lebrijano habilitó por el costado izquierdo del área a En-Nesyri, que lanzó un espléndido zurdazo sin ángulo para reventar el techo de la red.
Esta doble sacudida despertó a la Real Sociedad, que ejerció durante media hora un dominio más posicional que efectivo pero que se encontró con un gol al borde del descanso, cuando Sergio Ramos cortó un balón con una mano y André Silva, que no celebró el tanto por su pasado sevillista, marcó el consiguiente penalti.
Pese a encontrarse con un gol casi de la nada en un momento de alto valor psicológico, la Real Sociedad no varió su actitud tras el descanso, cuando continuó con su juego de toque inane sin crear problemas al Sevilla, que logró el 3-1 mediado este periodo con un espléndido cabezazo de Sergio Ramos a centro de Óliver Torres.
Gozar de nuevo de una renta de dos goles tranquilizó a los locales, que se armaron alrededor de Nyland y su trío de centrales para lanzar peligrosos contragolpes, como el que estuvo a punto de culminar Isaac, invertido su papel de asistente para rematar fuera por poco un pase de su socio En-Nesyri.
En el segundo minuto del tiempo añadido, Sergio Ramos volvió a meter de forma imprudente una mano en un lanzamiento realista y la falta al borde del área la transformó Brais Méndez en el 3-2, que fue definitivo porque los visitantes no encontraron fuerzas para un último asalto a la portería local.