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JOSÉ LUIS HERRERA ARCE.-

Don Artemio del Valle Arizpe, es un historiador coahuilense, quien se especializó en la época de la colonia. Donó su biblioteca a la UAC, pero hubo un fatal accidente: se incendió, con la pérdida de su acervo. De sus libros podemos conocer muchos datos y anécdotas de la colonia.

La división política del virreinato era: El rey, los reinos o virreinato, las capitanías generales, los señoríos y las intendencias a partir de los borbones.

Cortés fue el primero en gobernar, pero perdió sus privilegios al irse a las Hibueras. Después hubo dos audiencias; en la primera tenemos el tipo de personas que posiblemente iban a venir, representados por: Vasco de Quiroga, un fraile con buenas intenciones que posteriormente fue obispo de Michoacán y quiso poner en práctica las utopías del renacimiento, como la de Tomás Moro; y por la otra, las nefastas acciones de Nuño de Guzmán, quien hizo estragos en Michoacán, conquistó Jalisco, le hizo la vida imposible a Hernán Cortés y acabó siendo juzgado por la corona.

El primer Virrey fue Dn Luis de Velasco. Cito a Don Artemio en sus obras completas segundo tomo pag 493: "Un modelo de buenos perfectos gobernantes fue don Luis de Velasco. El primero. Siempre estuvo inclinado a la suave tolerancia, a la misericordia. No se excedía jamás Dn Luis a lo dispuesto por las leyes, no iba más allá de ellas en su rigor. Era afable, era humano, estaba lleno de piedad para todos, pero dentro de los mandatos legales era severo, inexorable, inflexible".

No todos tenían la suerte de ser así.

Del Conde de baños escribe don Artemio: "Más negociantes y más negociadores que Don Juan de Leyva y de la Cerda, marqués de Leyva y de Labrada, conde de Baños, y que su mujer Doña Isabel de Leyva y de Mendoza, y también más impopulares que ellos no hubo nunca jamás. Andaban tras el dinero con ansia desatada, se les saltaban los ojos tras de él. Sabían halagar con hábil sutileza al que no tenía para que les correspondiera con buenos presentes y sabían pedir estos con muy sabias insinuaciones, con una gracia fina y peculiar, deslizando una sombra de amenaza y así era como salían con todos sus antojos; lo que deseaban iba a sus manos sin demora".

Algunos religiosos llegaron a ocupar el Virreinato y no siempre con buenos resultados.

Cito: "Fray García Guerra era religioso dominico en quien se esperanzaron muchos para conseguir el logro. Era este caballero aficionado a música a cuyo fin frecuentaba el convento de María y como las madres Inés de la Cruz y Mariana de la Encarnación fuesen excelentísimas en este arte le lisonjeaban el deseo para continuarlo el que fundase el convento. El buen caballero que sobre la mitra apeteció el bastón de virrey 1es dijo que si lo conseguían de Dios les daría gusto en fundarles el deseado convento. La madre Inés de la Cruz, que se moría por verse de carmelita descalza, le ofreció al arzobispo, en nombre de Dios, el virreinato, si fundaba el convento, pero él, por indicios de algún amor propio quiso primero la prenda que dispensar la gracia. Concedéosla Dios para su daño y para escarmiento de los que desean a bulto sin saber o discurrir si les dañará su apetito. De ahí a cuatro años le llegó el virreinato y se derramó tanto en el gozo, como si no cupiera en su corazón. Otra cosa ni fuera criado para bien más alto. Llegole la cédula en viernes y mando que todos los viernes de aquel año, en celebración de la cédula, hubiese toros en la plaza de su palacio, y con esta diversión se olvidó de fundar el convento prometido".

A veces la relación entre el virrey y los arzobispos, u otras personas del gobierno no eran muy buenas y venían los pleitos.

Una anécdota del Marqués de Croix. Cito: "¿Cómo quería su majestad que se restituyese a los oidores a su buena opinión y fama si habían traficado innoblemente con la justicia? Esos hombres no tenían decoro. Porque les estorbó una buena ganancia se resolvieron airados contra él y lo acusaron ante su majestad. No, él tenía que tomar cumplido desquite. No faltaría más sino que ahora, después de lo que hicieron, fuera a darles él una rendida satisfacción. ¡nunca!".

Don Juan de O´Donojú fue el último virrey. Era un liberal exaltado. A grandes rasgos, llegó, Firmó el acta de la independencia y murió.

Este es el panorama general de los virreyes, Fueros trescientos años de gobierno de los cuales sabemos muy poco.

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