FOTO: Ramón Sotomayor
Cuando tuvo el micrófono indicó que no hay nada como la memoria para reafirmar el aquí y el ahora. Tenía alrededor de siete años de edad cuando acudió a un campamento. Allí una maestra le dio clases; tenía que inventar historias y montarlas sobre un escenario.
Entonces su imaginación emergía como una fumarola en busca del cielo. Esa maestra, llamada Berta Hiriart, le regaló la inquietud por la escena.
La dramaturga y artista escénica Daniela Arroio acudió este miércoles al mediodía al Teatro Isauro Martínez (TIM). Acompañada por autoridades como la poeta Karen Villeda (coordinadora de Literatura en el INBAL), Esther Quintan a Salinas (titular de la Secretaría de Cultura de Coahuila), Cecilia Cansino (directora del TIM) y Antonio Anaya Fink (presidente del Patronato del TIM), recibió el Premio Bellas Artes de Obra de Teatro para Niños, Niñas y Jóvenes Perla Szuchmacher 2024.
“Al teatro lo conocí profesionalmente, primero como actriz, después como directora y recientemente como dramaturga y en todas mis facetas, el teatro para niñas, niños y jóvenes ha sido siempre una constante. Para mí, hacer teatro para la infancia y juventud es un acto político, debe resonar en el presente y en el futuro”.
Arroio se hizo acreedora al galardón gracias a su obra ‘Selva en la cabeza’, cuyo discurso habla sobre la identidad y el reconocimiento de las raíces. La autora sabe que la identidad es un tema complejo, pero también una herramienta para entender el pasado. Su dramaturgia aboga por mostrar valores como el respeto, en un mundo donde el racismo se muestra cada vez más hiriente.
“Habla de mis raíces y de las personas afrodescendientes con las que convivo y a las que ahora he tenido la oportunidad de investigar y de conocer un poquito más. Fue esta exploración ya más profunda con el lenguaje, con la metáfora, con salirme un poco de las estructuras dramáticas convencionales con las que había trabajado”.
Comenzó a pensar en ‘Selva en la cabeza’ a principios de 2023. Pudo desarrollarlo gracias a una beca que obtuvo del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Durante todo un año investigó y hundió la mirada en textos sobre afrodescendencia, realizó entrevistas, tomó talleres de narrativa y poesía, para finalmente terminar el libreto.
‘Selva en la cabeza’ es protagonizada por Marlene, una niña cuyo pelo rizado y piel oscura la hacen sentirse distinta a sus compañeros. Ese ‘verse diferente’ no es algo que emerja de ella misma de forma natural, sino que es una construcción alimentada por el entorno. Es allí donde empieza a cuestionarse de dónde viene.
“Más que enseñar cosas, pensaría que Marlene nos comparte su experiencia de autoentendimiento y autoaceptación. Ella desde muy pequeña no entiende de dónde viene, no entiende por qué tiene ese pelo, tampoco le dicen mucho al respecto. Es discriminada, se siente rechazada y a través de esa discriminación es que ella misma empieza a rechazar su propio origen. Y lo que hacemos es acompañarla en autoentenderse, autoaceptarse y valorar los lugares de donde vienen”.
Para Daniela Arroio el teatro es una ventana abierta para cualquier tema que se quiera expresar, un libre espacio de comunicación. La cuestión radica en la forma, en el lenguaje y el público al que va dirigido.
“La temática de ‘Selva en la cabeza’ es una cosa muy profunda que investigué, con la que me siento muy identificada y atravesada. Tomé la decisión de tomar el lenguaje poético como un juego. Pensaría que el lenguaje tiene algo de juego, que las palabras son como un juguete. Y utilizar el lenguaje metafórico siento que es parte de compartir la realidad”.