El obispo Hilario González. (ARCHIVO)
La cuaresma es un periodo de preparación que pide actitudes de renovación, conversión, sacrificio, penitencia y esfuerzo para ser mejores personas y mejores católicos, señaló el obispo Hilario González García, tras indicar que el llamado del Papa es pasar de la esclavitud a la liberación y en el caso de México a superar la esclavitud del miedo, la violencia, impunidad, inseguridad, consumismo, el maltrato y la indiferencia.
Recordó que este 14 de febrero, con el miércoles de ceniza, inicia el tiempo litúrgico de disposición a la Pascua de Resurrección, que concluye el Jueves Santo y que se caracteriza por ser un momento de penitencia cuya meta es la paz.
“El amor a Dios y al prójimo tiene que ser nuevamente nuestro distintivo porque siempre podemos crecer en la experiencia de la caridad”, expuso.
Abundó que para este año el papa Francisco invita a todos los católicos a reflexionar sobre el sacrificio de Jesús de padecer, morir y resucitar, lo cual a su vez es es una liberación de aquello que esclaviza, denigra y destruye a las personas.
“Esta preparación pide actitudes de renovación de conversión, tradicionalmente de sacrificio, penitencia, esfuerzo para ser mejores personas, hijos e hijas de Dios. Acordémonos que es un tiempo en donde la caridad, el amor a Dios y al prójimo tiene que ser nuevamente nuestro distintivo”, expuso.
Dijo que la cuaresma también tiene relación la pascua judía que es la liberación de la esclavitud de Egipto y el pueblo de Israel por lo cual la invitación es a dar ese paso, a liberarse de aquello que esclaviza de manera familiar, comunitaria y social.
Por su parte, el párroco de la Catedral, Placido Castro, expuso que durante la imposición de la ceniza, los fieles católicos se reconocen frágiles y pecadores por lo que es necesaria la misericordia y el perdón de Dios y llamó a la comunidad a vivir en cercanía de Dios, lo cual requiere mortificación y penitencia.