José Agustín ha muerto. Tras años sufriendo los estragos por complicaciones de salud, el reconocido escritor mexicano exhaló su último aliento este martes 16 de enero, a los 79 años de edad. Miembro pilar del movimiento literario conocido como ‘La Onda’ (aunque en realidad le disgustaba el nombre), marcó a generaciones enteras gracias a la frescura de su narrativa.
El autor de novelas como ‘De perfil’ (1966) o ‘La tumba’ (1964), visitó Torreón en varias ocasiones. Una de las primeras aconteció el 6 de junio de 1979, cuando impartió una conferencia sobre la música rock en el Teatro Mayrán (hoy Teatro Garibay).
Otra visita ocurrió el jueves 30 de mayo de 1991. Entonces se eligió al ahora Teatro de Cámara de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC) para que el escritor impartiera su conferencia titulada ‘La contracultura en México.
A estas se suma la realizada en septiembre de 1994, cuando impartió un curso en el Teatro Isauro Martínez (TIM) sobre el libro oracular chino denominado ‘I Ching’, el cual data de tiempos muy antiguos. En esa ocasión, escritores laguneros también le realizaron un homenaje por sus 50 años de quehacer literario, donde estuvo acompañado de Saúl Rosales, Francisco Amparán y María Isabel Saldaña. Meses antes, en marzo, se presentó en Universidad Iberoamericana Campus Laguna.
En marzo de 1999, José Agustín retornó a La Laguna para presentar ‘Tragicomedia mexicana 3’ (1999) en el Teatro de Cámara de la UAdeC. Además de que en 2006 volvió al Teatro Isauro Martínez en 2006 para presentar su novela ‘Armablanca’ (2006).
Gracias a estas visitas y a la gran influencia que su obra literaria tuvo en los jóvenes, es que autores coahuilenses han lamentado su partida.
NARRATIVA DE IDENTIDAD
José Luis Aguirre, autor emergente de compendios de cuentos como ‘13 cuentos y Lulú’ (2018) u ‘Hotel Brooks’ (2021), recibe con pesar la muerte de uno de sus autores predilectos. Recuerda que fue en la preparatoria cuando un profesor apasionado por la literatura lo invitó a leer ‘La tumba’.
“De hecho fue el primer texto que leí de él. En ‘La tumba’, el protagonista tiene más o menos la edad que teníamos en la prepa, unos 16 o 16 años. Este chavo, Gabriel Guía, apenas andaba despertando en las cuestiones de amor, de drogas, de relaciones personales y sentimentales. Al ser un chavo de prepa, como que te sentías identificado”.
José Luis Aguirre redactó recientemente el artículo ‘José Agustín: del alucine al blackout’, mismo que fue publicado en el número 457 de la revista Siglo Nuevo, donde analiza la obra de este maestro de las letras.
“Es irreverente, es contracultural. Su estilo narrativo, sus palabras, sus figuras narrativas van en contra de todo lo que se conocía, hasta entonces, de la rigidez de la literatura, que podría ser como muy estricta o muy canónica en la manera de escribir”.
HITO GENERACIONAL
Mientras tanto, el reconocido escritor Vicente Alfonso, considera a José Agustín como un autor que marcó en demasía a su generación. En la mente del lagunero aparece la novela ‘Ciudades desiertas’ (1982) y rememora un viaje que realizó junto a su esposa, la escritora Iliana Olmedo, hacia Carolina del Norte, en Estados Unidos (plasmó la experiencia en su columna ‘El síndrome de Esquilo’, publicada por esta casa editora).
“Llevábamos bajo el brazo ‘Ciudades desiertas’, porque la anécdota de la novela es exactamente un joven escritor a quien invitan a hacer una residencia en Estados Unidos”.
Vicente Alfonso indica que José Agustín deja una obra de suma importancia para el panorama de las letras nacionales. Habla de la lucha que este autor emprendió junto a Gerardo de la Torre o Vicente Leñero, con el fin de reivindicar la figura de José Revueltas.
“De hecho, Saúl Rosales, cuando uno llegaba a su taller nos ponía a leer tres libros: ‘La región más transparente’ (1958), de Carlos Fuentes; ‘Al filo del agua’ (1955), de Agustín Yáñez; y ‘De perfil’ (1966), de José Agustín. ‘Es lo primero que te tienes que leer’, entonces todos leíamos a José Agustín”.
El lagunero resalta el trabajo de José Agustín como guionista, disciplina en la que llegó a colaborar junto a otros autores como Gabriel García Márquez. “Fue un hombre muy trabajador, muy inteligente, que deja una obra sin duda clave para la literatura”.
MATERIAL DE TALLER
Saúl Rosales reafirma lo mencionado por su alumno Vicente Alfonso, sobre que la obra de José Agustín era material imprescindible en sus talleres literarios. La razón es que la mayoría de sus alumnos eran jóvenes y los libros de José Agustín tenían esa cualidad de conectar con la juventud.
“Yo pretendía que leyendo a José Agustín, particularmente ‘De perfil’, la novela símbolo de toda la literatura de ‘La Onda’, que los jóvenes participantes del taller se interesaran con profundidad en escribir, y sobre todo que indagaran acerca de su condición de adolescentes, de jóvenes”.
Otras obras que Rosales recuerda son ‘Cerca del fuego’ (1986) y ‘Dos horas de sol’ (1994), aunque la trama de esta última no fue muy de su agrado, José Agustín lo menciona en la dedicatoria que plasma al final del libro. Así, el nombre de Saúl Rosales aparece junto a gigantes de las letras mexicanas como José Emilio Pacheco, Eusebio Ruvalcaba, Elena Poniatowska, Vicente Leñero, entre otros.
ENCUENTRO
La poeta y periodista Sylvia Georgina Estrada logró entrevistar a José Agustín en una de sus visitas a Saltillo. Lo recuerda amable, divertido y generoso con su tiempo; considera que se va un grande de las letras mexicanas.
“José Agustín es un escritor esencial para leer el México del siglo veinte. Es un autor prolífico cuya obra abarca un amplio espectro vital, que va de la infancia a la madurez, y que está marcada por la vida cotidiana, la contracultura, la música, los símbolos, la espiritualidad”.
Como le dijo en esa entrevista, José Agustín trabajó toda escala. El autor era consciente de que se había vuelto un imprescindible para quienes estudian la literatura mexicana, eso no tenía vuelta de hoja.
“Se va un grande de las letras, pero su legado literario sigue vivo y muy actual, esperando a nuevos y jóvenes lectores”, concluyó la periodista.
UNA GRAN INFLUENCIA
Finalmente, el escritor torreonense Carlos Velázquez, aseguró que José Agustín fue el motivo por el que empezó a dedicarse a la literatura, a tal grado que su primer libro, Cuco Sánchez Blues (1998), nació por el impacto que la obra de José Agustín tuvo en él. “Antes de leerlo, la literatura me parecía algo ajeno”.
Al momento de entrar en contacto con sus libros, Velázquez sintió que le hablaban directamente a él. Logro conocerlo en persona, lo define como “un tipazo”. Luego, José Agustín desapareció de la vida pública, tras el accidente que sufrió en un teatro de Puebla en 2009.
“El año que gané el Premio Bellas Artes de Crónica Literaria Carlos Montemayor (2012), coincidió que a él le entregaron un premio también. Cuando me tocó hablar, aproveché para decirle que de no haber sido por él, yo no estaría ahí en ese momento. Bajé del estrado y nos dimos un abrazo”.
Carlos Velázquez tuvo la fortuna de que se le invitara a hacer el prólogo en una reedición de la novela ‘La tumba’, y él mismo le escribió una dedicatoria a José Agustín en su libro ‘Amar el plástico’ (2018).
“Ahora el gran Pepe ya no está con nosotros, pero nos quedan sus maravillosos libros”, cerró Velázquez.
Este martes, falleció el escritor José Agustín.