Espera alcalde de Monclova información oficial de quiebra de AHMSA
El alcalde de Monclova, Mario Alberto Dávila Delgado, pidió esperar a que salga la información oficial sobre la quiebra de altos hornos de México. El mandatario municipal dijo que la quiebra es inminente pero aún no hay sentencia oficial.
Expuso que no se debe especular. Señaló que es necesario un dictamen oficial para establecer las medidas o acciones a que haya al lugar.
Indicó que la quiebra es inminente. Consideró que hay una posibilidad pequeña y remota de que AHMSA pueda ser rescatada. Sin embargo dijo que no se puede hablar sin sustento de lo que está pasando.
Manifestó que la desintegración de altos hornos de México afectará de manera importante a la economía regional.
Explicó que el origen de la crisis de AHMSA se dio al interior de la empresa por cuestión de recursos económicos entre la empresas y sus proveedores hace 19 meses.
La falta de flujo financiero paralizó la siderúrgica que terminó por no pagar los salarios de sus trabajadores hace unas 65 semanas.
Recordó que acudió varias veces a la Ciudad de México a Palacio Nacional, Cámara de Diputados, Cámara de Senadores, y a las Secretarías del Trabajo y de Hacienda, pero no se dio el apoyo de ninguna instancia federal para los trabajadores de la siderúrgica.
El Ayuntamiento apoyó a los trabajadores en el pago del impuesto predial, del servicio de agua, algunas despensas y empleos temporales a algunos obreros.
Señaló que desafortunadamente el Ayuntamiento no pudo hacer más. La siderúrgica monclovense tiene una nómina de más de 5 mil trabajadores sindicalizados y otro alto porcentaje de empleados de confianza.
Adicionalmente muchas empresas satélite cerraron o despidieron a sus trabajadores, lo que incrementó el número de desempleados.
El Ayuntamiento no tiene la capacidad económica para otorgar empleos temporales, distribuir despensas y otros apoyos de manera continua.
Destacó que curiosamente los ingresos municipales presentaron un crecimiento económico pese a la situación de AHMSA, que dejó de pagar 60 millones de pesos de impuesto predial y a la crisis de los obreros, que continuaron pagando con apoyos y descuentos sus obligaciones fiscales al municipio.
