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Abuso sexual

Exsacerdote revela detalles del abuso sexual que sufrió en Seminario de Torreón

David Pérez Ortiz expuso públicamente que fue víctima y testigo de abusos dentro del Seminario de Santa María Reina. Ahora busca a través de su abogado presentar una denuncia ante Gobernación por la supuesta omisión de la Diócesis de Torreón

David Pérez Ortiz cuando estaba siendo formado.

David Pérez Ortiz cuando estaba siendo formado.

DANIELA CERVANTES

Es un acto complicado de procesar y por lo tanto también de contar… Entré al seminario cuando tenía 14 años y la agresión sexual la viví cuando cumplí 17. Ocurrió dentro del seminario por parte de uno de mis formadores. He pasado por dos procesos muy importantes, primero, asumir que lo que pasó había sido una agresión y después de años de bloqueo, poder contarlo...

El que habla es David Pérez Ortiz, hoy un exsacerdote lagunero de 40 años de edad que recientemente hizo público, a través de un medio de comunicación español, que fue víctima y testigo de abusos dentro del Seminario de Santa María Reina de Torreón.

Tras romper el silencio también decidió hablar con este diario…

EL HECHO

David Pérez Ortiz compartió que la agresión que sufrió aconteció en la habitación del sacerdote Jorge N. Pero ahora reconoce que el abuso se comenzó a tejer desde antes. “La agresión no empezó cuando yo estaba adentro de su habitación, el proceso para la ejecutarla fue muchísimo antes, cuando comenzó a seducirme”.

La agresión sexual fue sólo una vez porque David, dijo, marcó de inmediato distancia. Sin embargo eso no anuló la convivencia con su agresor durante años. “Es muy jodido tener que seguir viviendo con la persona que te agredió”.

Después de ser víctima, a David se le agudizó la mirada y comenzó a ser más receptivo con lo que ocurría a su alrededor. Por ejemplo, pronto identificó que su agresor era (o es) “un tipo astuto” que tiene una estrategia muy bien montada, que repite patrones y utilizan tácticas de manipulación emocional para ganarse la confianza de sus víctimas.

Según el psicólogo Jesús María Ávila González los pederastas clericales, específicamente los que pertenecen a la Iglesia Católica, tienen características de un psicópata: son inteligentes y en extremo manipuladores, “son personas que manipulan, pero su grado de manipulación es exagerado, porque no manipulan a sujetos, manipulan a masas”.

LA RENUNCIA

Luego de que Pérez presentó su dispensa ministerial directamente al Vaticano en el 2022, en donde expuso que el motivo principal de renunciar al sacerdocio se debía a que fue víctima y testigo de conductas pederastas, fue que, según lo declaró el mismo obispo de la Diócesis de Torreón Luis Martín Barraza Beltrán, se mandó a investigar a tres religiosos del Seminario de Santa María Reina por supuestos abusos sexuales.

“Nosotros hemos actuado conforme al derecho, conforme al canon, esto se dio a conocer porque David P… solicita la dispensa de las obligaciones sacerdotales y denuncia esos tres casos. Roma nos pide investigar esos casos, armamos expedientes de esos casos, enviamos esos expedientes y estamos a la espera de qué dice Roma al respecto (sic)”, declaró el actual obispo en una nota publicada en este diario el pasado 28 de marzo.

Según David Pérez, él ya había denunciado esos tres actos de pederastia dentro de la institución. La primera vez lo hizo desde 2012. Una vez, compartió, fue cuando alertó a José Guadalupe Galván Galindo, quien fuera Obispo de Torreón (hoy fallecido), sobre el vínculo afectivo entre un sacerdote y un menor de edad que fue acogido por el seminario debido a que su padre había sido asesinado, recibiendo como respuesta de parte de esa autoridad, un: “Ya cállate”.

Otro momento, dijo David, fue en el 2019, cuando por medio de un correo electrónico, le informó al actual obispo Luis Martín Barraza Beltrán sobre el caso del sacerdote antes mencionado, ya que había la intención de reincorporarlo.

La autora de este reportaje tuvo acceso a tres correos que forman parte de la carpeta de pruebas, y aunque no se pueden dar detalles de lo que se habla, lo que sí se puede escribir es que David le expone al obispo actos pederastas, de encubrimiento y abusos de poder.

Además, el exsacerdote compartió que en el 2020 acudió hasta la casa del obispo Luis Martín Barraza, ya no para hablar del tema que se desdobló por correo electrónico, sino para hablarle directamente sobre su caso en particular. Si antes, mencionó David, se descolocó por la contestación que recibió por e-mail, esta vez quedó atónito, pues la respuesta de Barraza, dijo, fue en extremo fría y silenciosa.

Si según David existen pruebas de que las autoridades estuvieron informadas sobre los supuestos abusos desde antes ¿Por qué hasta ahora se abre una investigación solicitada desde el Vaticano? Y además ¿Por qué después de 23 años, David Pérez toma la decisión de confesar el acto pederasta del que, ha expuesto, fue víctima cuando tenía 17 años?

Para tratar de desmenuzar un poco el complejo escenario antes expuesto, este diario recabó el testimonio de David Pérez, el de Juan José Rojas, el abogado que actualmente lleva su caso, asimismo se buscó la postura de la Diócesis de Torreón, y se consultaron leyes y documentos de la propia Iglesia Católica que abordan el tema de la pederastia clerical.

CUANDO LAS VÍCTIMAS HABLAN

Para David Pérez el proceso de hacer público su caso duró 23 años. En el artículo Pederastia clerical o el retorno de lo suprimido publicado por el Instituto de Investigaciones Sociales Ciudad de México de la UNAM, el autor se detiene en el momento de cuando una víctima de abuso sexual por parte de una figura clerical decide romper el silencio.

“Al principio de lo que puede resultar un largo proceso, lo hacen de manera no necesariamente nítida, sino a partir de una narración atravesada por las culpas, una serie de dudas, interrupciones y (en no pocas ocasiones) nuevos silencios”. Pero se lee: dichos silencios de pronto se fisuran, los violentados reemprenden la voluntad de aclararse y (en algunos casos) deciden hacer público lo ocurrido.

Por más de dos décadas David persiguió esa claridad, y ahora que la alcanzó, de la mano de su abogado piensa buscar justicia. Y, aunque, como ya se mencionó, el supuesto delito de abuso sexual ocurrió hace 23 años, y a estas alturas se puede pensar que el tema de las pruebas puede jugar en contra de su defensa, su abogado Juan José Rojas explicó que actualmente tanto la Corte Interamericana de Derechos Humanos como la Suprema Corte de Justicia de México reconocen la relevancia del testimonio de las víctimas en los procesos judiciales y han instado a los Estados a garantizar su protección y acceso a la justicia. Es así que después de poco más de dos décadas, el testimonio de David tiene un peso importante.

Por otro lado, al tratarse de una presunta agresión sexual, lo más común sería que la víctima se fuera por la vía penal y buscara la sanción individual de quien cometió ese probable delito, y que eso, posiblemente, haga, según la defensa, que La Diócesis de Torreón se lave las manos, o simplemente el caso quede impune. Lo que busca el exsacerdote es ir más allá, quiere que la pederastia clerical se entienda como un proceso y no sólo como un acto.

Entonces ¿cómo actuará legalmente? “primero preparamos la presentación de una denuncia en Gobernación para iniciar un procedimiento sancionador para ver si el obispo (Luis Martín Barraza) fue omiso al momento de no investigar el abuso desde el primer momento en que se le notificó”, informó Juan José Rojas.

Lo anterior resulta una falta grave, debido a se trata de una de varias obligaciones que tienen los obispos mexicanos. Por ejemplo, según la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público en México, publicada en el Diario Oficial de la Federación en 1992, estipula en el apartado que habla sobre sus asociados, ministros de culto y representantes, en este caso, los obispos, que:

Los ministros de culto, los asociados y los representantes de las asociaciones religiosas, incluyendo al personal que labore, apoye o auxilie, de manera remunerada o voluntaria, en las actividades religiosas de dichas asociaciones, deberán informar en forma inmediata a la autoridad correspondiente la probable comisión de delitos, cometidos en ejercicio de su culto o en sus instalaciones. Cuando se cometa un delito en contra de niñas, niños o adolescentes, las personas a que se refiere el párrafo anterior deberán informar esos mismos hechos en forma inmediata a los tutores o a quienes ejerzan la patria potestad de aquellos”.

En ese sentido, el no actuar ante la denuncia de un abuso sexual podría considerarse una omisión que va en contra de lo establecido en la ley, ya que se espera una respuesta inmediata y adecuada ante este tipo de situaciones para proteger a las víctimas y garantizar la justicia. En ese sentido la defensa de David buscará comprobar esas omisiones.

Asimismo, parte del argumento de su defensa, según informó su abogado, se centrará en que las Asociaciones Religiosas (AR), como las Diócesis, sean catalogadas como autoridades responsables para juicios de amparo, porque, según explicó el especialista, la Iglesia Católica está controlada por sus propios procedimientos internos, no por la Constitución.

Un juicio de amparo se entiende como un recurso legal que se utiliza para proteger los derechos fundamentales de las personas frente a actos de autoridad que puedan violarlos. Este recurso está consagrado en la Constitución Mexicana y es una herramienta importante para garantizar el respeto a los derechos humanos y el principio de legalidad. Juan José Rojas puntualizó que utilizarán este mecanismo judicial para proteger los derechos fundamentales de David frente a los supuestos actos de autoridad de los que fue víctima.

Por ejemplo, según el abogado, su cliente tuvo que haber sido tomado cuenta en la supuesta investigación que el mismo Obispo de Torreón informó ya se lleva a cabo desde el Vaticano, porque, ante un escenario de abuso sexual, la víctima tiene un lugar preferente si se realiza una averiguación, y hasta el momento, se informó, el testimonio de David no ha sido requerido.

“Nosotros ya presentamos un escrito a la Diócesis donde solicitamos acceso a esos documentos. Tienen 15 días para contestarnos, y si no lo hacen, entonces, nos iríamos a juicio de amparo a afecto de que se garantice el derecho a David y pueda tener conocimiento de esas investigaciones que presuntamente se hicieron”, reiteró el abogado.

LA “AUTOREGULACIÓN” DE LA IGLESIA

En México, los casos de abuso sexual por parte de sacerdotes católicos han sido reportados desde hace varias décadas, aunque muchos de ellos han salido a la luz pública más recientemente debido a un aumento en la conciencia pública sobre el tema y a las denuncias de las víctimas.

Uno de los casos contemporáneos más sonados y que abrió la veda a las denuncias en el país es el de Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, de quien se reveló, abusó de 60 menores de edad. Acción por la que ha sido descrito como el mayor depredador de la Iglesia Católica.

Como dato, hasta el 2022 la Conferencia del Episcopado Mexicano había revelado que 426 sacerdotes estaban siendo investigados por pederastia, esto sin contar los casos no denunciados, o los que simplemente no salen a la luz. Porque, en ese sentido, una de las mayores críticas que ha recibido la Iglesia Católica es la cultura del encubrimiento, así como la poca transparencia con la que aborda esta problemática.

Sin embargo, actualmente existen algunos intentos por parte de la Iglesia Católica para erradicar el abuso sexual clerical.

En el 2019 el Papa Francisco publicó la Carta Apostólica Vos estis lux mundi (Vosotros sois la luz del mundo) en la que hizo un llamado a todos los fieles a ser la luz del mundo, dando testimonio de la fe en Cristo y comprometiéndose a erradicar los delitos de abuso sexual en la Iglesia.

En el escrito se destaca la importancia de la conversión continua, la promoción de la santidad personal y el compromiso moral de todos los miembros de la Iglesia en la lucha contra los abusos. Asimismo se enfatiza la responsabilidad de los líderes eclesiásticos en guiar al pueblo de Dios, seguir las enseñanzas de Jesús y trabajar en comunión para prevenir y combatir los crímenes que traicionan la confianza de los fieles.

En una circular dirigida a todos los sacerdotes, religiosos (as) y laicos, con fecha del 15 de enero del 2020, la Diócesis de Torreón explicó que esa carta del Papa Francisco urgió a la actualización de las Líneas Guía del Procedimiento a Seguir en Casos de Abuso Sexual de Menores por Parte del Clérigo, así como a la creación de un Consejo Diocesano de Protección de menores, que actualmente está vigente en Torreón.

Entre los puntos más destacables de esa circular está la responsabilidad de los obispos y superiores religiosos para cumplir diligentemente con la ley canónica y civil cuando se presente algún caso. También se resalta la obligación para todas las diócesis de establecer sistemas estables y fácilmente accesibles al público para presentar informes sobre posibles casos de esta naturaleza.

“A partir de aquí se comienza a hablar con más claridad del deber de informar a las autoridades mexicanas, ofrecerse a colaborar en la investigación y aportar los elementos de prueba que le sean requeridos por la autoridad en términos de ley, para determinar la responsabilidad del imputado, así como de quien hubiese colaborado para la comisión del delito o lo hubiese encubierto”, se lee en uno de los párrafos del documento de uso interno que firman el canciller Rubén Montalvo Arámbula y el Obispo de Torreón, Luis Martín Barraza Beltrán.

POSTURA DE LA DIÓCESIS DE TORREÓN

Como ya se mencionó, se buscó el testimonio del actual obispo Luis Martín Barraza, quien en la entrevista otorgada a este medio recordó tanto la charla que mantuvo por correo electrónico con David, como el día que lo recibió en su casa.

Del primer acercamiento, mencionó Barraza Beltrán, se trató de una objeción escrita por David Pérez por aceptar el retorno de un seminarista que había sido expulsado años atrás. En ese momento, a través de ese correo, mencionó el obispo, se percató que David había denunciado al seminarista de abuso desde el 2012, sin embargo desde el 2017, que él llegó a la Diócesis de Torreón, dijo, no encontró nada para corroborar ese supuesto abuso, tampoco, reiteró, el equipo formador le informó algo en ese sentido.

Entonces dándome cuenta de que no estaba probado ese delito del 2012. En el 2019 yo lo acepté (al seminarista expulsado) para una experiencia de reinserción a la diócesis y luego lo ordené sacerdote”.

Después, el obispo viajó al 2020 para situarse justo en el momento en que David acudió a su casa, ya no para hablarle del seminarista que había regresado sino para narrarle el caso de abuso que sufrió a los 17 años de edad dentro del seminario donde se formaba como sacerdote.

“Desde un principio me dijo ‘no se lo digo para que inicie una investigación, se lo digo para que esté enterado nada más”, refirió el obispo.

Pero si la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público en México menciona que ante este tipo de situaciones, los obispos deben accionar de manera inmediata y adecuada para proteger a las víctimas y garantizar la justicia.

- ¿No era su obligación actuar? Se le cuestionó al obispo, quien respondió:

Yo estuve en ese dilema. (Porque) En el estricto sentido de las normas canónicas sí, pero ya en concreto es muy complicado, porque me iba yo a volver como el ministerio público porque el no quería denunciar y era yo meterme como investigador, pero sí, a lo mejor lo debí haber hecho”.

- Entonces ¿Podemos hablar de una omisión?

Desde lo que dice la Carta Apostólica Vos estis lux mundi, habría que ver...pero si él me anticipa que no, eso también pesa en la consciencia. Quizá si hubiera sido un delito más grave, más comprobable, un delito más fragante, porque estos delitos son tan difíciles de comprobar, entonces meterme al ministerio público y hacer la investigación no es tan fácil, porque era mejor que él lo hiciera. De hecho hay una modalidad donde canónicamente él podía haberlo hecho y civilmente (también)… yo también lo escucho porque él me dice ‘no es para que haga una investigación’, y a lo mejor fue ingenuidad de mi parte el haber creído que era sincero, en que no me estaba poniendo una trampa, que después la iba a utilizar para lo que se ofreciera, como se le ofreció. Entonces ahí están esas ambigüedades, que se pudiera hacer un discernimiento y desde la ley químicamente pura a lo mejor si hubo algo de omisión en eso”.

En ese sentido, informó el obispo, fue hasta marzo del 2023 cuando instruyó la investigación que solicitó el mismo Vaticano, luego de que David presentó su renuncia a la Iglesia Católica.

Fue así que Roma puso los ojos en Torreón y desde allá se solicitarán los expedientes de los sacerdotes señalados por David Pérez. Hasta el momento no se sabe nada del proceso, incluso, indicó el obispo Luis Martín Barraza, no existe un acuse del Vaticano...

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