
F1: Seis pilotos que murieron trágicamente durante un Gran Premio
La Fórmula 1 es un deporte de alto riesgo. Conducir a 350 km/h por un circuito conlleva un peligro extremo, ya que los coches pueden chocar contra vallados, paredes o entre sí a velocidades en las que es difícil que el piloto salga ileso.
Aunque muchos pilotos logran controlar el vehículo y evitar accidentes graves, no siempre ha sido así, especialmente en épocas con menos medidas de seguridad. Desde el inicio de la Fórmula 1 en la década de 1950, 42 pilotos han perdido la vida en el campeonato.
Chet Miller
Chet Miller, primer piloto de Fórmula 1 en fallecer, murió durante una sesión de prácticas de las 500 Millas de Indianápolis, el 5 de mayo de 1953, que en ese tiempo contaba para el Mundial de F1. Dos semanas después, Carl Scarborough, de la misma escudería, también perdió la vida en una carrera. De los 15 pilotos fallecidos en la década de los sesenta, siete murieron en esta prueba estadounidense.
Chris Bristow
Durante el Gran Premio de Bélgica de 1960 en el rápido circuito de Spa-Francorchamps, bajo un clima cálido y soleado, Bristow estrelló su Cooper T51 en la curva de Burnenville en la vigésima vuelta, mientras luchaba por mantenerse delante del Ferrari de Willy Mairesse.
Los coches solían tomar la curva a 120 millas por hora (193 km/h). En ese punto, había un terraplén de 1,2 metros y un alambre cortante a unos tres metros de la carretera. El Cooper de Bristow impactó el terraplén, se giró y fue arrojado contra la alambrada, la cual le causó la decapitación.
Ricardo Rodríguez
Considerado un futuro campeón, se quedó sin auto cuando Ferrari decidió no participar en el Gran Premio de México de 1962, una carrera no puntuable. Con el permiso de Maranello, corrió en un Lotus 24 con motor Climax del equipo privado de Rob Walker. Murió en el primer día de prácticas al estrellarse contra el riel de protección de la curva peraltada debido a un fallo en la suspensión de su Lotus.
Gilles Villeneuve
El 8 de mayo de 1982, Villeneuve murió en un accidente durante la última sesión de clasificación para el Gran Premio de Bélgica en Zolder. En el momento del accidente, Pironi había marcado una décima de segundo más rápido que el canadiense por el sexto lugar. Villeneuve estaba usando su último juego de neumáticos de clasificación; algunos afirman que intentaba mejorar su tiempo, mientras que otros sugieren que su objetivo era superar a Pironi.
Sin embargo, el biógrafo Gerald Donaldson cita al ingeniero de Ferrari, Mauro Forghieri, quien indica que Villeneuve, aunque estaba en su forma habitual, regresaba al pitlane cuando ocurrió el accidente. Si esto fuera cierto, no habría establecido un tiempo en esa vuelta.
Ayrton Senna
En la temporada de 1994, Senna estaba incómodo con el habitáculo de su coche y solicitó modificaciones para mayor comodidad. Durante el Gran Premio de San Marino en Imola el 1 de mayo de 1994, un accidente provocó la entrada del coche de seguridad, ralentizando la carrera y aumentando la frustración de Senna.
La carrera se reanudó en la vuelta 6, pero en la vuelta 7, Senna perdió el control en la curva Tamburello a 305 km/h, chocando brutalmente contra un muro de cemento a 218 km/h. La rueda delantera derecha impactó su casco y un brazo de la suspensión le atravesó el cráneo, causando graves fracturas. Senna, inconsciente, fue trasladado al hospital Maggiore de Bolonia, donde se confirmó su muerte cerebral.
Jules Bianchi
El 5 de octubre de 2014, en Suzuka, durante el Gran Premio de Japón, Jules Bianchi sufrió un grave accidente al chocar con una grúa que asistía a otro coche fuera de carrera. Nueve meses después, el 17 de julio de 2015, Bianchi falleció en Niza. La Fórmula 1 le dio el último adiós en su funeral en la ciudad natal de Bianchi. La FIA decidió retirar el número 17 en su honor, pero su memoria perdurará en el automovilismo.