Estados Unidos cerró 2023 con un crecimiento de su producto interior bruto (PIB) del 3.1 por ciento, según indicó la Oficina de Estadísticas Económicas (BEA, en inglés), y dejó así atrás las preocupaciones sobre una recesión.
Los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto de la Reserva Federal (Fed) estadounidense comienzan este martes su reunión de marzo, en la que, según había avisado la institución, no se prevén cambios, debido a la persistencia de la alta inflación.
En su último encuentro, que tuvo lugar el 30 y 31 de enero, se decidió mantener los tipos de interés en la horquilla actual del 5.25 por ciento y el 5.5 por ciento, su máximo nivel desde 2001, y se adelantó que si la economía evoluciona positivamente habrá bajadas este año, aunque no en esta nueva cita que concluye el miércoles.
En este tiempo se ha hecho público que el índice de precios al consumo (IPC) subió al 3.2 por ciento en febrero a nivel interanual, mientras que respecto al mes anterior aumentó un 0.4 por ciento, por encima de lo esperado por los analistas y muy lejos del objetivo del dos por ciento marcado por la Fed.
Para Steven Bell, economista jefe en la gestora de activos EMEA - Columbia Threadneedle, "una inflación estadounidense ligeramente más fuerte en los primeros meses de este año no es sorprendente dada la fortaleza de la economía a finales de 2023".
Estados Unidos cerró 2023 con un crecimiento de su producto interior bruto (PIB) del 3.1 por ciento, según indicó la Oficina de Estadísticas Económicas (BEA, en inglés), y dejó así atrás las preocupaciones sobre una recesión.
Pero a juicio de Bell, los datos sobre la inflación "han frenado las expectativas de bajadas de tipos". Aunque en su opinión el pesimismo al respecto "es exagerado", esa subida en los precios sí podría provocar que la Fed adopte "una línea de cautela".
Axa Investment Managers, que gestiona unos 840.000 millones de euros en activos, coincide en que el nivel de convicción respecto a una bajada a corto plazo ha ido cayendo: "El viernes pasado el mercado valoraba la probabilidad de recortes en junio sólo ligeramente por encima del 50 %, frente a más del 80 por ciento hace sólo unas semanas".
Es posible, en su opinión, que los datos de la inflación tarden más de lo que se pensaba en demostrar "más allá de toda duda razonable que se está materializando la plena convergencia hacia el objetivo de la Fed".
El pasado 6 de marzo, en su Libro Beige de perspectivas económicas, la Reserva Federal pronosticó que en los próximos meses habrá "condiciones financieras menos restrictivas", un indicio de que los tipos de interés podrían bajar antes de fin de año.
Según Axa Investment Managers, no obstante, al mercado le empieza a preocupar la sensación de que su "ventana de oportunidad" es "limitada".
Si no hay recortes antes de junio, o incluso de julio, podría ya no haberlos en todo 2024. "La lógica es que, si al final de la primavera la economía sigue siendo demasiado fuerte para justificar un recorte de tipos, puede ser racional esperar hasta que haya una señal clara sobre la política fiscal después de las elecciones (de noviembre) para calibrar la respuesta monetaria", apunta.
Para Ebury, fintech especializada en pagos internacionales e intercambio de divisas, la Fed sigue estando "al menos a un par de reuniones para bajar los tipos". Los datos macroeconómicos disponibles hasta ahora, según subraya, han sido "más bien mixtos", y los miembros de la Fed querrán ver "más pruebas de una tendencia a la baja de la inflación (...) antes de comprometerse a recortes".
Pero la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, advirtió este mes de que el descenso de la inflación puede que no sea "suave": "No esperaría que fuera un camino fácil mes a mes, aunque la tendencia es claramente favorable", dijo en la cadena Fox News.
Ostrum AM, gestora del grupo Natixis Investment Managers, concluye que esta reunión de marzo "puede ser una oportunidad para ajustar las orientaciones sobre la política de reducción del balance y confirmar las perspectivas de tipos más bajos".