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La Fiscalía General de la República (FGR) apunta a Genaro García Luna y Jorge Tello Peón en el caso Colosio.
Los investigadores del expediente ahora presumen que ambos fueron parte de las gestiones para liberar, horas después de su captura, a José Antonio Sánchez Ortega, exagente del Cisen al que ahora señalan como el "segundo tirador" en el magnicidio registrado en Tijuana, Baja California.
Sánchez Ortega fue detenido el 23 de marzo de 1994 a las 17:15 horas por agentes de la Policía Municipal, quienes lo ingresaron a la Delegación de la entonces Procuraduría General de la República (PGR) en Tijuana a las 18:50, y quedó en libertad bajo reservas de ley al día siguiente a las 14:15 horas.
La Fiscalía del caso Colosio indaga a Tello Peón, entonces director del Cisen, porque llamó por teléfono al entonces delegado de la PGR en Baja California, Arturo Ochoa Palacios, y envió a varios agentes del centro de inteligencia a Tijuana para que buscaran la liberación de Sánchez Ortega.
Uno de esos enviados era García Luna, en aquel tiempo subdirector de área de la Dirección de Protección del Cisen, a cargo del entonces Contralmirante Wilfrido Robledo Madrid, fallecido en 2022.
García Luna, quien llegó a ser secretario de Seguridad Pública, voló ese día desde la Ciudad de México a Tijuana con otros cuatro funcionarios del Cisen, entre ellos José Rodolfo Juárez Guerrero, también adscrito a la Dirección de Protección.
García Luna, sentenciado en Estados Unidos por narcotráfico, iba al frente del grupo y era el único que llevaba un teléfono celular para reportar de las incidencias a sus superiores.
Desde 1997 funcionarios del Cisen mencionaron a Tello Peón y García Luna en los testimonios que rindieron en la Fiscalía del caso Colosio. Por ello, la FGR supone ahora que, a través de una cadena de mando, funcionarios de inteligencia operaron la liberación de Sánchez Ortega.