Futbolistas que se convirtieron en estrellas en los Mundiales

Estar en la convocatoria de la selección nacional para el Mundial es el sueño más anhelado de todo futbolista. Y para los jugadores no más famosos es también una gran oportunidad para hacerse un nombre en todo el mundo y atraer la atención de los ojeadores de los mejores clubes.

Mesut Ozil

Antes del Mundial de Sudáfrica, Mesut jugaba en el Bremen "Werder" como líder. En 2009 llegó incluso a la final de la Copa de la UEFA con el club alemán (donde perdió contra el Shakhtar). Todo esto, por supuesto, dio popularidad al futbolista, pero su hora estelar llegó exactamente en el campeonato del mundo. Por cierto, hasta los casinos en línea se dieron cuenta de ello. Hoy en día, en los sitios de los clubes de apuestas encontrará decenas de tragaperras dedicadas al fútbol y a este futbolista.

Las habilidades de Ozil para construir el ataque de la selección alemana impresionaron tanto al mundo del fútbol que, según los rumores, Wayne Rooney pidió personalmente a Ferguson que comprará al centrocampista al MU. Sin embargo, el Real Madrid fue el más rápido en orientarse y adquirió por 18 millones de euros a Ozil, que ha seguido una exitosa carrera ya en grandes clubes europeos.

Asamoah Gyan

En 2010, el joven jugador del "Stade Rennais" francés sólo tenía el estatus de promesa. Sin embargo, estaba destinado a convertirse en el héroe nacional de Ghana en la Copa Mundial de 2010, y su dramático partido contra Uruguay será siempre recordado por los aficionados al fútbol. Tras el mundial fue incluido en la lista de candidatos al Balón de Oro y pronto firmó un contrato con el Sunderland inglés.

Sus exitosas actuaciones en el club hicieron que los directivos de varios equipos de primera línea le ofrecieran un contrato a Gyan (por ejemplo, el "Tottenham"). Pero el ghanés prefirió optar por el dinero y se marchó a jugar a los Emiratos Árabes, poniendo fin así a su carrera europea.

Juan Cuadrado

Antes del Mundial 2014, Cuadrado jugó en la humilde Fiorentina. El extremo consiguió demostrar su valía en el Mundial de Brasil, convirtiéndo en el mejor asistente del torneo. Después, el colombiano inició su camino en grandes clubes europeos (Chelsea, Juventus, Inter), con los que ganó numerosos trofeos.

Fabio Grosso

El Mundial de 2006 supuso un punto de inflexión en la carrera del jugador italiano del Palermo, que no era el más destacado de la selección. Pero en este foro se convirtió en un auténtico héroe, ganando primero un penalti en los 1/8 de final que permitió a la Scuadra Adzurra clasificarse para la siguiente ronda. En la semifinal contra los alemanes, anfitriones del torneo, Fabio marcó el gol de la victoria justo al final de la segunda prórroga, y en la final le siguió un decisivo acierto en una serie de lanzamientos desde los once metros.

Tras este éxito, fichó por el Inter, con el que ganó el Scudetto. Al no conseguir convertirse en un central de hierro, cambió de club al Olympique Lyonnais antes de marcharse para terminar su carrera de nuevo en Italia, fichando por el Juventus de Turín.

James Rodríguez

El colombiano ya estaba en el punto de mira de los grandes clubes antes del Mundial de 2014, cuando el Mónaco pagó 45 millones de euros por el talentoso jugador. La exitosa actuación en el Mundial dio otro gran impulso al desarrollo de Jamez. Fue el líder de aquel equipo, que hizo todo lo posible por sacar a la selección nacional del grupo, y después se ocupó casi personalmente de Uruguay, haciendo en ese partido un doblete. Fue el jugador que más goles marcó en aquel foro, gracias a lo cual el Real pagó 80 millones de euros por él.

Miroslav Klose

La carrera del alemán en los clubes fue muy exitosa, pero fue en los Mundiales donde su talento como delantero se mostró en todo su esplendor. Esto le convirtió en el máximo goleador de la historia de los Mundiales (aventaja en un gol a Ronaldo, que lleva 15 goles, pero, por cierto, menos partidos jugados).

La gloria mundial para Klose comenzó en la Copa Mundial de 2002, celebrada en los campos de Japón y Corea del Sur. Allí, el jugador del modesto "Kaiserslautern" se distinguió en todos los partidos de la fase de grupos. Como resultado, fue incluido en el equipo simbólico del torneo, y junto con Rivaldo recibió la Bota de Plata. Con sus actuaciones posteriores en clubes y en la selección, Miroslav demostró que aquel triunfo no fue una coincidencia.

Por supuesto, esta lista podría completarse con otros casos notables. Por ejemplo, podemos pensar en Roger Mila, que a la edad de 38 años protagonizó de repente varios partidos espectaculares en la Copa Mundial de 1990. Entonces tenía 38 años, y cuatro años más tarde se convirtió en el goleador de más edad en fases finales de la Copa Mundial. Sin embargo, es imposible incluir todas las historias en un artículo, pero podemos concluir que la Copa Mundial sigue siendo la mejor plataforma tanto para que los jugadores jóvenes muestren su talento como para que los experimentados rehabiliten sus carreras.