La sentencia de 460 meses de prisión junto a una multa de dos millones de dólares en contra de Genaro García Luna emitida por el juez federal Brian Cogan de Nueva York evidencia el nivel de corrupción y complicidad al que llegó en México la relación entre narcotraficantes y autoridades.
Y esto no es nada nuevo, el caso se remonta al sexenio de Felipe Calderón cuando el ex Secretario de Seguridad Pública operó acuerdos y recibió grandes sumas por parte del crimen organizado, en especial por el cártel de Sinaloa que comandaba Joaquín "El Chapo" Guzmán.
El juez Cogan denunció que García Luna a través de una doble vida "facilitó" el camino para cometer "cosas horribles" y sentenció que "El Chapo" Guzmán no existiría de no ser por el ex funcionario federal mexicano.
Las autoridades norteamericanas han enjuiciado y sentenciado a decenas de capos mexicanos de todos los calibres y niveles de peligrosidad, igualmente a ex funcionarios de diversos rangos, pero García Luna es el primer procesado que ocupó un cargo del gabinete presidencial.
El ex secretario de la Defensa Nacional, el general Salvador Cienfuegos Zepeda, fue detenido en junio del 2020 en Los Ángeles, California, acusado de cuatro cargos relacionados con el narcotráfico.
Sin embargo, los cargos en contra del general Cienfuegos fueron retirados un mes después por el Departamento de Justicia de Estados Unidos y su caso fue trasladado a la Fiscalía General de la República en México.
En enero del 2021 la Fiscalía exoneró de toda acusación al militar retirado porque no encontró elementos que probaran que tuvo encuentros o comunicación con organizaciones delictivas.?
En México el funcionario federal de mayor cargo procesado por delitos del narcotráfico ha sido el general Jesús Gutiérrez Rebollo, quien dirigió el Instituto Nacional para el Combate a las Drogas en el sexenio de Ernesto Zedillo.
Fue procesado por su complicidad con el narcotráfico y con el capo Amado Carrillo Fuentes, mejor conocido como "El Señor de los Cielos". El general Gutiérrez fue detenido, procesado y posteriormente sentenciado a 40 años de prisión, falleció en diciembre del 2013 mientras cumplía su condena.
Quizás los políticos mexicanos más enlodados con el narco han sido gobernadores, varios de ellos han sido apresados en México, algunos otros en Norteamérica y muchos más han logrado evadir la justicia a pesar de las acusaciones vertidas.
La colusión, pues, entre la autoridad mexicana y los carteles de las drogas no inició ayer sino hace por lo menos treinta años y la misma se ha recrudecido a pesar de lo que digan los actuales gobiernos.
La "doble vida" que según el juez Cogan llevó García Luna ha sido una constante entre infinidad de autoridades mexicanas que por un lado presumen combatir a la delincuencia y por el otro extienden la mano y abren sus cuentas de bancos para recibir sumas cuantiosas de dólares por parte de los criminales.
Lamentablemente la estrategia de seguridad dada a conocer por el gobierno de Claudia Sheinbaum la semana pasada no parece que atacará a fondo la complejidad del crimen organizado inmerso en un mar de impunidad, violencia y complicidad.
En los cuatro ejes del plan de seguridad en donde destaca la consolidación de la Guardia Nacional y la creación de un sistema de inteligencia e investigación no se menciona la imperiosa necesidad de depurar de pies a cabeza los cuerpos de seguridad, incluyendo los militares, donde seguramente deambulan infinidad de émulos de Genaro García.
Tampoco se menciona la urgencia de una campaña para desarmar a los grupos de alta peligrosidad que son cientos en México. Nos habría gustado escuchar acciones más firmes en contra de quienes asesinan, secuestran, asaltan y extorsionan a la ciudadanía para obtener riqueza y poder.
El caso García Luna es un duro golpe para los mexicanos porque hemos permitido la actuación de gobernantes sátrapas y perversos que han llevado al país a un terrible escenario en el ámbito de la inseguridad, la violencia y la impunidad.
Para colmo un personaje tan siniestro tuvo que ser encarcelado y procesado en el vecino país del norte y no en México en donde cometió la mayor parte de sus graves delitos.
NOTICIA FINAL…
El ex presidente Felipe Calderón está obligado a pedir una gran disculpa al pueblo mexicano por haber contratado en su gobierno a Genaro García Luna. Decir que no tuvo evidencias verificables de los delitos del ex funcionario no justifica a Calderón ni tampoco evade su responsabilidad en este caso vergonzante para México.
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