El joven torero lagunero no vivió su mejor tarde en la Plaza. (AGENCIAS)
Una tarde aciaga, sin trofeos, aunque con pasajes de mucha valía, vivió el matador de toros lagunero Arturo Gilio Quintero, quien continúa con su temporada mexicana, y ayer se presentó en la Monumental Plaza de San Marcos, en Aguascalientes.
MALA SUERTE
Ataviado con un terno azul noche y oro, Arturo partió plaza junto al torero de la casa, Juan Pablo Sánchez (lila y oro) y con Juan Ortega (azul celeste y oro), ante más de un cuarto de entrada, en una tarde con bastante viento, y en la que se conmemoró el aniversario 449 de la fundación de Aguascalientes.
Se lidiaron toros de la ganadería de Villa Carmela, de juego regular, destacó el cuarto de la tarde, por su transmisión y calidad, pero el tercer astado estuvo lejos de la calidad que se debe exigir en una plaza de primera categoría, como la Monumental de San Marcos.
Para mala fortuna de Gilio, su primer astado fue el peor de la tarde, protestado por los conocedores aficionados de Aguascalientes, pocas opciones ofreció al joven espada lagunero, que abrevió su labor y colocó un pinchazo, para finalizar con una segunda estocada y retirarse en silencio.
Ante su segundo de la tarde, Arturo sacó a relucir el arte y valor que le acompañan, aunque batalló con ráfagas de viento que distrajeron al toro, el lagunero logró momentos de mucha valía, tandas sentidas y con los pies bien firmes sobre la arena, ejecutó la suerte suprema y escuchó palmas de un público que reconoció el esfuerzo del lagunero.
Juan Pablo Sánchez fue el triunfador de la tarde, le cortó dos orejas a su segundo toro, el cual recibió una ovación en el arrastre, y el torero local abrió la puerta grande, mientras que Juan Ortega tampoco logró tocar pelo.