Kamala Harris, más firme que Biden, presiona a Donald Trump en debate
Kamala Harris y Donald Trump presentaron el martes sus contrastantes visiones para Estados Unidos en cuestiones como el aborto, la inmigración y la democracia durante su primer, y quizás único debate antes de los comicios presidenciales de noviembre.
La vicepresidenta demócrata trató varias veces de provocar al expresidente republicano, recordándole en varias ocasiones la derrota electoral que él aún niega, y burlándose de algunas otras de sus afirmaciones falsas. Esto provocó que Trump lanzara la clase de ataques personales de los que sus asesores y simpatizantes han tratado de alejarlo.
Después de turbulentos meses de campaña, el enfrentamiento le brindó a los estadounidenses el vistazo más detallado hasta el momento a una campaña que ha cambiado drásticamente a tan sólo una hora de que se distribuyan las primeras papeletas para los votos adelantados.
Harris presentó los argumentos demócratas de una mejor manera de lo que lo hizo Biden durante su debate de junio, lo que presagia una contienda mucho más competitiva.
Ambos candidatos detallaron sus visiones contrastantes sobre el estado de la nación y hacia dónde pretenden dirigirla en caso de llegar a la presidencia. Harris prometió recortes fiscales para la clase media y señaló que buscaría restaurar los derechos al aborto a nivel federal, los cuales fueron anulados por la Corte Suprema hace dos años. Trump, por su parte, señaló que sus propuestas arancelarias ayudarían a que los aliados de Estados Unidos dejen de aprovecharse del país en cuestiones comerciales, y añadió que trabajará con prontitud para poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania, incluso si eso significaba que Ucrania no consiguiera una victoria en el campo de batalla.
Por momentos, Harris sacudió la cabeza de forma burlona mientras Trump hablaba, en ocasiones mirándolo fijamente con la mano en la barbilla, mientras que Trump parecía que trataba de evitar ver a la demócrata. Trump se apegó a los puntos que toca en sus actos de campaña y a sus ataques que son populares entre su base de simpatizantes, pero que a sus asesores les preocupa que no sean atractivos entre un sector más amplio de votantes.