'Heredar', la poética de Anaïs Abreu D’Argence

El primer paso para enfrentar la problemática de la violencia es hablar de ella. A título personal, la poeta mexicana Anaïs Abreu D’Argence ha testimoniado en versos su propia historia. Heredar (UNAL, 2024), poemario que recientemente presentó en la Feria Universitaria del Libro UANLeer, celebrada en Monterrey, habla precisamente de esa violencia que se ha convertido en herencia en el seno de las familias latinoamericanas.

También fotógrafa y artista multidisciplinaria, Anaïs Abreu D’Argence asegura no escribir pensando en un proyecto. Sus versos brotan de manera natural, así surgieron algunos que hablaban sobre su padre y otros aspectos que le interesaban. Fue mientras tomaba un curso, que a manera kafkiana se llamaba Carta al padre, confeccionó una pieza artística donde intervino con fotografías de su progenitor y algunas notas.

“Después de esas notas, empecé a escribir, a profundizar un poco más y varias de esas notas terminaron siendo poemas […] Los empecé a separar y me di cuenta de que, así como de las notas hice poemas, de varias de las imágenes también podía sacar poemas, porque las imágenes me estaban diciendo ciertas cosas. Así fue como terminé armando el proyecto”.

La poeta está en una sala del Colegio Civil de Monterrey. Se describe a sí misma como una persona obsesiva, que trabaja y trabaja para dar forma a sus proyectos. Considera que el trabajo real de la escritura, sobre todo la poesía, está en pulir la obra a manera de una escultura.

En Heredar es notable la presencia del padre, pero además se asoma la madre y la hija. Cada verso parece ser un cuestionamiento a la violencia que suele atravesar a las familias.

“Creo que la familia es un sistema muy violento. Al ser un sistema impuesto, me parece que todo es impuesto, todo lo que se nos impone, en sí está ejerciendo una violencia. No es como que naturalmente se dan las cosas, sino que es como que las cosas son así: esta es tu familia y tienes que convivir con tu familia, tu familia tiene que ser lo más importante en tu vida, la familia es primero y todos estos dichos que hay. Entonces, digamos que en sí, como institución, como figura, ahí empieza. El sólo concepto de familia es algo violento”.

Ella en particular, desde los lados paterno y materno, comenta haber vivido en entornos violentos. Originarios de Campeche, sus padres contaban con una forma de ser y una estructura que se atrevieron a romper: “Mi mamá era bailarina y mi papá quería ser escritor, y tuvieron una sola hija, que soy yo […] Hay gente que tiene maravillas de familia, pero en mi caso no fue así”.

“Mi padre es alcohólico y fue muy violento con mi madre. Fue violento conmigo y yo me casé. Estuve casada y mi pareja era muy parecido a mi padre, era muy violento. Entonces, como que la violencia siempre ha rondado para mí en lo que significa la familia. Y la familia que construí por mi cuenta, la construí, sin darme cuenta, bajo esta misma dinámica de violencia, que era lo que había aprendido. Y he decidido romper con eso desvinculándome de mi familia”.

La autora enfatiza en la aceptación del otro y de uno mismo. En Hererdar, las fotografías intervenidas y los versos conviven, aunque no necesariamente dependen el uno del otro. Anaïs Abreu D’Argence apunta al jazz para tratar de describir su obra, por la fusión de estos formatos. Es un juego, por un lado, está la imagen textual, y por otro la imagen visual, porque así se complementan.

“Sí, soy poeta, pero también soy artista visual. Para mí, el mundo de las letras y el mundo de las imágenes están siempre muy mezclados […] Esto es como un género híbrido, sólo que en lugar de utilizar narrativa y poesía, estoy usando poesía literaria y poesía visual”.