Herencia de fe: familia mantiene viva tradición del nacimiento 'gigante' en Matamoros
La bisabuela de Jorge Aaron Hernández fue quien empezó a hacer el nacimiento gigante, pero él lo aprendió de su abuela Nicolasa, incluso la familia cuenta con una imagen del niño Dios, que estiman tienes al menos 150 años y desde hace muchos años, él se encarga de mantener el legado de representar el nacimiento de Jesús, en Belén y busca que las siguientes generaciones familiares siga la tradición.
“Es una herencia, una tradición que nos dejó mi bisabuela y me gusta que las nuevas generaciones sepan el significado de lo que es el nacimiento de Jesús y que viene a salvarnos, yo le estoy enseñando a mi sobrina Barbarita para que si ya no llego a estar yo pues ella continúe”.
La abuela de Nicolasa Belmontes Mendoza, era originaria de Guanajuato, vivían en la calle De Guadalupe, incluso sospecha que las imágenes religiosas podría ser más antiguas, ya que cuando cuando fue a “dar a la tierra de su abuela”, acudió panteón y las tumbas de sus antepasados datan del año 1856, incluso recuerda que se decía que la imagen del niño Dios y el resto de las imágenes las cuales fueron labradas en madera de roble, las ocultaron en una tinaja, durante la Guerra Cristera, para evitar que fuera destruidas.
El entrevistado cuenta que sus bisabuelos llegaron de Guanajuato a Ciudad Lerdo y luego se establecieron en Matamoros, en una casa que se encontraba frente la Iglesia del Nuestra Señora del Refugio, incluso recuerda que su abuela Nicolasa era parte de las actividades religiosas y cuando hacía el “gigantesco” nacimiento, el sacerdote acostumbraba ir a bendecirlo y el coro de la parroquia a cantar villancicos, para luego abrir las puertas de la vivienda para recibir a los cientos de visitantes locales y foráneos que acudían a apreciarlo.
Al fallecer su abuela, su tía Socorro fue quien asumió la responsabilidad hacer el nacimiento, pero en 1978 murió y una prima siguió con la tradición, pero resulta que decide irse a radicar a Ciudad Juárez y se llevó las imágenes y luego se enteran que quemó las figuras religiosas, ya que se convirtió a otra religión, pero por alguna razón no se deshizo del niño Dios. Años después ella se regresó a Matamoros y la imagen se quedó allá.
Jorge cuenta que fueron alrededor de 20 años los que el Niño Dios, anduvo “rodando” fuera de Matamoros, pero para entonces las familias hacía su propio nacimiento, aunque no igual al original, pero en su caso trataba de hacerlo lo más parecido al de su abuela, pero no era lo mismo, pues faltaban las imágenes originales y cuenta que un buen día sus primos que son propietarios de una funeraria fueron a Ciudad Juárez para comprar una carroza y deciden recuperar la imagen.
“Cuando fueron por la carroza, dicen que había un retén, saliendo de Juárez, pero no traían licencia, es más creo que ni el INE llevaban, ahora sí que solo iban con la licencia de Dios y pues los detienen y dicen que el niño venía atrás, junto con otras cosas y cuando les preguntan que de dónde venían y a dónde iban y que llevan, que si era un cuerpo y ellos dicen que las personas se asoman (por el vidrio) pa ver lo que traían y les dicen que, el niño se movió y les preguntan por qué traen al niño entre las cosas y ellos pues se pusieron nerviosos, por que pensaban que les iban a pedir los documentos, ya lo que querían era que los dejaran ir, pero por que no les dijeron nada y les dieron el pase”.
Los primos entregaron la figura una hermana de ellos, de nombre Estela y pero una tía de nombre Consuelo, prima de la mamá de Jorge, lo “peleaba”, ya que argumentaba que a ella le correspondía continuar con la tradición familiar, pero la imagen se encontraba muy dañada, por lo que Jorge buscó quien lo restaurara y así fue.
Aunque finalmente el niño Dios ya estaba en buenas manos, ahora el inconveniente era que la tía Consuelo vivía en Torreón, pero decidieron que, en cada Navidad se colocaran en el nacimiento que construye Jorge, por lo que solo iba de visita a Matamoros, días antes del 24 y días después del 6 de enero y así su tía les prestaba el niño por algunos 6 años, hasta que finalmente, como ella ya estaba muy grande de edad, habla con sus hijas y decide entregarlo a Jorge, pues le dijo que el niño estaba acostumbrado a “su nacimiento grande”.
La casa donde desde hace varios años se construye el nacimiento, se encuentra en la avenida Cuauhtémoc 911, entre las calles Lerdo y Libertad, en el centro de Matamoros y Jorge cuenta que empieza a “armarlo” con 15 días de anticipación. Si hay oportunidad va al cerro a buscar la gobernadora, “espinocillas” y demás plantas que se acostumbra a colocar, aunque dice que algunos cactus los puso en maceta para ya no batallar, ya que por sus ocupaciones no lo permiten, debido a que es maestro de profesión, pues solo compra las gobernadora, el papel y demás elementos que necesita.
Al igual que como lo hacía su abuela, el sacerdote de la iglesia de Nuestra Señora del Refugio acude a bendecirlo y el coro a cantar, para luego abrir las puertas a las personas que lo quieran visitar, algunos de ellos viven en Estados Unidos o van del lado de Durango y también han tenido visitantes de Chihuahua.
“Toda gente de aquí nos conoce y sabe la historia del nacimiento y vienen a verlo, aveces los paisanos o gente de otros lados que tienen familia en Torreón o de Durango les dicen y vienen a verlo” incluso Jorge comparte que al lado de la casa se encuentra una iglesia Bautista y en varias ocasiones acudieron para hacer oración, cantar villancicos y explicarles a los niños el significado del nacimiento de Jesús.
Cuenta que hay otras familias fundadoras del municipio que también acostumbraban a hacer nacimientos “monumentales” y hasta se organizaba un concurso, en el cual él ganaba primer o segundo lugar, pero se dejó de hacer la competencia y algunos ya no continuaron con la tradición.
Insiste que, así como a él le inculcaron la costumbre, esta preparando a su sobrina, quien tiene unos cinco años de edad, ya que su intensión es que la herencia perdure por muchas generaciones más.
“Le estoy enseñando a mi sobrina Barbarita para que si ya no llego a estar yo pues ella continúe y que algún día que ella siga poniendo todo poco a poco”.