Según el INEGI, al término de 2022 enMéxico residían 67millones demujeres, un 52% de la población total. De este porcentaje, poco más del 20% reside en localidades rurales, donde realizan distintas labores tanto domésticas, agrícolas y cuidado a otras personas.
La mujer rural constituye uno de los grupos socialesmás vulnerables de nuestro país, ya que sus largas jornadas abarcan no sólo el trabajo en los cultivos, sino también el doméstico que incluye las labores del hogar y el cuidado de los integrantes de la familia, ya sea niños y/o adultos mayores. La precaria y efímera infancia de las niñas rurales también se centra en el trabajo, pues deben apoyar precisamente en las labores domésticas y de cuidado a otros. Aunado a lo anterior, por cuestiones culturales en muchas zonas de nuestro país elmatrimonio infantil subsiste, situación que la asociación Girls not Brides denuncia y lucha por erradicar en el mundo. El colectivo coloca a México en el octavo lugar en cuanto a mujeres casadas o en unión libre antes de los 18 años, lo que demuestra la condición de vulnerabilidad para las mujeres y niñas de las localidades rurales. Esta realidad quedó plasmada de forma magistral en el documental “El Eco” de la cineasta Tatiana Huezo, que formó parte de la pasada Muestra Internacional de Cine organizada por la Ibero Torreón.
En El Eco, localidad de apenas cien habitantes, enclavada en lo alto de la sierra del estado de Puebla, sobrevive una comunidad rural que debe ir aprovechando las condiciones climáticas para asegurar su sustento; allí, las mujeres y las niñas juegan un rol crucial para el desarrollo del poblado, precisamente porque es gracias a ellas que el varón puede buscar otras opciones de trabajo en poblados cercanos mientras en los hombros femeninos yace la responsabilidad del cuidado familiar. En un lugar en donde la tecnología es casi inexistente, se puede apreciar la cercanía de las familias y de los miembros de la comunidad, se plasma la cultura machista que ha prevalecido en nuestro país por tantos años y se niega a desaparecer a pesar de los esfuerzos de distintas colectividades. También deja entrever la problemática que sufren muchos pobladores de estas comunidades con la llegada de grupos que buscan robar y sobreexplotar los recursos naturales (en este caso, la madera). En El Eco, el trabajo abunda y Tatiana Huezo nos permite ver cómo las actividades van cambiando según la época del año; unas veces inundada por fuertes lluvias y otras azotada por la sequía. Y en medio de esta cotidianeidad, se muestran los sueños y esperanzas de las niñas; salir del pueblo, estudiar, trabajar, conocer otros lugares, ganar dinero.
En resumen, un interesante trabajo que muestra un México desconocido para una buena parte de los que también vivimos en este país y que nos permite ver que aún falta mucho para lograr que las mujeres y niñas puedan aspirar, demanera legítima, a lasmismas oportunidades que tienen los varones; que su vida no esté etiquetada desde que nacen, que puedan perseguir sus sueños y metas, aún si no contemplan el matrimonio y la formación de una familia.
