El oficio de bibliotecario es tan antiguo como la creación de las primeras bibliotecas. Sin embargo, no hay tanta difusión de información al respecto como la hay sobre la historia del libro o de las bibliotecas.
En la enciclopedia, o diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios, editada entre los años 1751 y 1772 en Francia, se define la profesión de bibliotecario como "la persona encargada de la custodia, del cuidado, del ordenamiento y del incremento de los libros de una biblioteca". Y agrega: "Hay pocas funciones literarias que exigen la posesión de tantos talentos, ya que supone el conocimiento de lenguas antiguas y modernas, el conocimiento de libros, de las ediciones, y de todo aquello que guarda relación con la historia del impreso, el comercio de libros y las artes tipográficas".
Es difícil concluir quién fue la primera persona que ejerció este oficio que más atrás en el tiempo era quien se encargaba de organizar y mantener en orden tablillas de barro y papiros. Algunos autores nombran a Demetrio de Falero como el primer bibliotecario, quien fue fundador y director de la biblioteca de Alejandría (297 a. C.). Otros autores señalan a Calímaco de Cirene (310 - 240 a.C.), como el primer bibliotecario, quién fue maestro y fundador de una de las escuelas de Alejandría, poeta lírico y épico, también conocido como el padre de la bibliotecología y primer catalogador bibliotecario, puesto que generó ciento veinte libros dedicados a la catalogación razonada de autores y documentos de la biblioteca, obra que constituyó el fundamento de la historia de la literatura griega. También se suele hacer referencia a Anastasio, como uno de los primeros bibliotecarios, quién fue archivero jefe de la Iglesia de Roma en el siglo IX ejerciendo el oficio con destreza y habilidad durante los reinados de los papas Adriano II (872) y Juan VIII (882), y también fue autor de obras importantes para la historia de la cristiandad occidental como el tratado de historia Liber Pontificalis.
Aunque los personajes mencionados pertenecen a la gran época del bibliotecario erudito, su función establece las bases y da forma a la que sería hoy en día, la del bibliotecario moderno. En el actual escenario digital, el rol del bibliotecario se transforma y adapta a los retos estableciendo más conexiones entre el conocimiento y los usuarios, asumiendo funciones cada vez más complejas para cumplir la misión que, sin embargo, sigue siendo constante a través del tempo: facilitar el acceso a la información que requieren los usuarios.
El patrimonio cultural y conocimientos que hasta hoy nutre nuestras mentes y encamina nuestras acciones es resultado de los saberes que seres humanos han colocado en los libros, pero lo es también de aquéllos que, en medio de la fama u olvidados por la historia, conservaron y difundieron el pensamiento escrito ejerciendo el oficio de bibliotecarios, desde esos primeros recintos del conocimiento en la historia de la humanidad, las bibliotecas.
