(FOTO: RAMÓN SOTOMAYOR)
Papalotes bañados de luz surcan los marcos superiores de cinco obras de gran formato, las cuales han sido colocadas en las paredes de la Galería del Teatro Isauro Martínez (TIM). Papalote viene de la palabra náhuatl “papalotl”, es decir, “mariposa”. Como las millones de mariposas monarca que cada año migran a los bosques de Michoacán, 178 mil migrantes entraron a México durante los primeros 11 meses de 2023, según datos de la Secretaría de Gobernación. Migrar es volar, pero también es un derecho reconocido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
El acrílico de las pinturas arroja fotogramas de una narrativa: inicia en la tierra natal de los migrantes, sigue en la entrada a México, continúa en la travesía sobre el ferrocarril que los llevará al norte, transita en el paso de los migrantes por el desierto y culmina en la llegada a Estados Unidos, donde la estatua de la Libertad contrasta con dos niños migrantes detenidos durante la agresiva política migratoria de Donald Trump.
La exposición pictórica se titula ‘El viaje: La frontera está en todas partes’ y es organizada por la plataforma RUMA: Arte y Comunidad, en coordinación con el TIM y el Instituto Municipal de Cultura y Educación (IMCE). En ella participaron 50 artistas coahuilenses, quienes hicieron eco del compromiso social que debe tener el arte. Además, cinco de los papalotes fueron intervenidos por migrantes.
Son casi las 18:00 horas y el público comienza a poblar la planta alta del edificio. El programa indica que las actividades comenzarán con la conferencia del doctor Mario Luis Fuentes, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y autor del libro La frontera está en todas partes (2023).
Nicté Ruiz y Voroca Dávila de la plataforma RUMA presentan al especialista, quien enseguida toma el micrófono para explicar que entender el arte es entender lo social, que la frontera no es una línea entre dos países, que las caravanas de migrantes no están conformadas sólo por hombres, sino por familias enteras donde predomina la presencia de mujeres y niños.
Una imagen aparece en la pantalla: migrantes caminan a la orilla de la carretera y son seguidos por patrullas del Ejército Mexicano y la Guardia Nacional. Son ellos, los que caminan, quienes cargan sus pertenencias, pero también llevan a cuestas sus sueños y su nostalgia. “Somos un país donde todas las violencias se sobreponen a las otras”.
Mario Luis Fuentes vuelve a enfatizar en los niños y jóvenes que van en esos grupos. Muchos de ellos cargarán con una marca, una herida de por vida que difícilmente podrá curarse. Los migrantes transitan por el territorio mexicano que ha sido envuelto en todo tipo de violencia. Se exponen en zonas dominadas por cárteles del narcotráfico, también se ven ante el abuso y la explotación, pero en ocasiones encuentran muestras de solidaridad. Es aquí donde las casas de migrantes toman importancia por encima de los lugares de espera oficiales, porque además del duro camino, un migrante debe a veces esperar.
La espera, dice Mario Luis Fuentes, es estar ahí sin saber cuándo se retomará el camino, ni cuándo se reanudará el andar. Los migrantes que no logran cruzar a Estados Unidos pasan temporadas en México, se instalan en campamentos, buscan empleos temporales, se enfrentan a la discriminación y deben sortear los relieves de un destino no planeado.
Al terminar la participación de Mario Luis Fuentes, se organiza un panel con cuatro participantes: al estrado suben doctor Manuel Sánchez Valdéz (secretario académico de la UAdeC), el maestro José Ángel Rodríguez Canales (Presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado), María Concepción Martínez Rodríguez (coordinadora Operativa del Centro de Día para Migrantes “Jesús Torres”) y Marcela Pámanes (periodista). Dialogan sobre el paso migrante por Coahuila.
A las 19:40 horas, el público es dirigido a la planta baja para la inauguración de la muestra. Ésta también incluye una instalación fotográfica de Vanessa García y la proyección de material audiovisual por parte de Reginaldo Chapa, donde una pantalla muestra de viva voz los testimonios de personas que han tenido que abandonar su lugar de origen.
Nicté Ruiz, fundadora de RUMA, habla emocionada, se conmueve, agradece a los artistas participantes, a los funcionarios presentes, al público. Mientras sostiene una carpeta y su discurso impreso, manifiesta que no se debe “hablar de los migrantes”, sino hablar con ellos. “No es problema de los migrantes, es problema de nosotros”.
La exposición ‘El viaje: La frontera está en todas partes’ permanecerá en la Galería del TIM durante los próximos dos meses.