Planta purificadora con tecnología de osmosis inversa. (MARÍA DE JESÚS VÁZQUEZ)
Hace alrededor de una semana que se inauguró la Casa del Agua en el ejido El Estribo, de San Pedro. Es una planta purificadora con tecnología de osmosis inversa, que permite limpiar el líquido de los altos niveles de arsénico, pero el problema es que no han podido empezar debido a que no hay agua para llenar los tinacos, además de que se deben hacer algunos ajustes con el equipo, por lo que esperan que puedan arrancar a finales de este mes.
Es el segundo proyecto que se realiza en San Pedro, pues desde hace más de un año funciona en el ejido Concordia y lo hacen posible la Universidad Iberoamericana, la Universidad Autonomía Metropolitana (UAM) y el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conacyt), quienes unen recursos y esfuerzos con la finalidad de atender el grave problema que existe del desabasto de agua potable, pero que el liquido sea limpio y saludable.
Para el funcionamiento de las Casas de Agua, se conforma un comité ejidal, ya que se capacita a quienes se encargarán del manejo del equipo, pues la idea es que el proyecto sea auto sustentable, pero el costo por galón será menor a 10 pesos, ya que la idea es sea muy accesible para los habitantes de esa y otras comunidades.
Hasta hace unos años el encargado de dotar del líquido era el Simas Madero, pero aproximadamente en los últimos 8 0 10 años que se agudizó la falta del agua, pero tras varios años de que estuvieron “peleando”, incluso ante Conagua se logró que la comunidad se conectara a la red de San Pedro, pero el problema es que por una situación inexplicable el agua llega solo hasta el ejido Aquiles Serdán que esta muy cerca de ellos y hay ocasiones en que en las casas que están a la entrada del Estribo sale aunque sea un poco.
Cesárea Fernández quien fue designada como encargada del funcionamiento de la planta, mencionó que aunque ya cuenta con una planta purificadora, pero no han podido obtener el preciado líquido y lo siguen comprando más caro, con las “camionetitas” que acuden vender o con el camión repartidor de refrescos, pero en este último cada galón cuesta 80 pesos.
Mencionó que, al no salir agua de la red que les permita llenar los tinacos, necesitan hacerlo con una pipa, pero también les falta un contenedor para colocar el “producto terminado” el cual debe cumplir con ciertas especificaciones.
En el proceso de purificación hay un volumen de “desecho” el cual advirtieron no se desperdiciará, ya que utilizará para el riego de árboles, pues también tienen contemplado rescatar la plaza principal y un parquecito que se encuentra a un lado de la iglesia, incluso ya iniciaron con la campaña de reforestación y plantaron mezquite, ya que no necesitan tanta agua.
Resaltó que, se enteraron que otras comunidades buscaban acceder al proyecto, pero las instituciones que lo impulsan decidieron asignárselo a ellos al ver las ganas que tenía de conseguir pues en muy poco tiempo los ejidatarios autorizaron la cesión del espacio y los recursos para la construcción del edificio.
