Javier Solís y recorte de la edición impresa de El Siglo de Torreón de 1958 (ESPECIAL/EL SIGLO DE TORREÓN)
El 19 de abril de 1966 falleció de manera inesperada el ídolo mexicano Javier Solís. Hoy se cumplen 58 años de su partida. Su voz sigue cautivando.
En ese mes, Javier tuvo problemas de salud tras desmayarse en su camerino en un evento que realizó en Michoacán. Estaba internado y justo cuando ya casi era dado de alta le dio un paro cardiaco a la edad de 34 años.
Javier llegó a visitar la Comarca Lagunera en un algunas ocasiones, esos momentos quedaron guardados en las páginas de El Siglo de Torreón.
Javier se presentó en dos ocasiones en la Comarca Lagunera en el año de 1958.
Una de ellas tuvo lugar dentro de una Carava Corona que se realizó en el extinto Cine Variedades.
La otra, ocurrió en la Plaza de Toros que durante muchos años albergó también a Pedro Infante o Mario Moreno “Cantinflas”.
El día que se hizo la Caravana, Javier se tomó una foto con Magda Franco y el trío lagunero SanSan; mientas que cuando él estuvo en la plaza fue captado por las cámaras al lado de Joe Marin y Juan Abusaid.
La historia de Javier fue trágica. En su plena juventud y rodeado del éxito, dejó de existir.
El día de su muerte, los fans lloraban. Ponían una y otra vez sus canciones. Las estaciones de radio programaban sus temas como Sombras, Payaso o Esclavo y amo.
Cuando falleció, se estrenó la canción Amigo organillero, cuya letra es trágica y para muchos fue un presagio de su partida.
Antes de dedicarse a la música, Javier llevó a cabo varios oficios como el de carnicero.
Amaba el box, pero no siguió por ese camino. Eligió la música porque necesitaba dinero y entonces cantaba en Garibaldi. Luego, esta actividad se volvió su gran pasión.