Para que las empresas sobrevivan y evolucionen, sus líderes tienen que poner en marcha planes de sucesión. (ARCHIVO)
Por lo general, una empresa que pierde buenos empleados con frecuencia se ve afectada negativamente por los comportamientos de los líderes al estilo de los cuellos de botella. Estos líderes no piensan que sean cuellos de botella, pero a menudo se interponen en el camino del progreso de los empleados con alto potencial.
Para que las empresas sobrevivan y evolucionen, sus líderes tienen que poner en marcha planes de sucesión. Pero, un plan de sucesión solo funciona si los empleados de alto rendimiento pueden ascender en las filas, crecer con la empresa. Eso es imposible si su jefe es un obstáculo permanente para el progreso de los trabajadores con muestran alto potencial.
Los líderes que no ven mucho movimiento de personal en sus empresas no creen que sean cuellos de botella, creen que el problema está en otra parte y, además, fuera de su control. Pero la mayoría de las veces, una empresa que avanza a paso de tortuga -y pierde grandes empleados año tras año- se ve afectada negativamente por los comportamientos de los líderes cuello de botella.
Los líderes cuello de botella siempre tienen un calendario sobre programado, lleno de tareas pendientes.
Una empresa que no puede funcionar por sí sola sin la intervención de un líder, no empodera al personal clave para que se dediquen a trabajos desafiantes. Los empleados a los que no se les da el espacio ni las herramientas para emprender proyectos más desafiantes son los empleados con alto potencial antes mencionados que están dispuestos a hacer un esfuerzo adicional, pero solo si ven un beneficio de progreso por ello. Si un líder frena su progreso, o se quedan a disgusto en la empresa, o tomarán otro trabajo en una empresa diferente.
De hecho, diversos estudios han demostrado que la falta de progreso es una de las razones más importantes por las que los profesionales renuncian. Y ha sido así durante muchísimo más tiempo que desde 2020, así que la pandemia no puede usarse como excusa de por qué es difícil retener a grandes personas.
Si el un líder que se da cuenta de que ha caído en esta trampa de ser un jefe cuello de botella, debería esforzarse para despegarse de inmediato por el bien de su empresa, sus empleados y su plan de sucesión. Puede empezar ahora siguiendo un modelo de planificación de la sucesión paso a paso para «romper el cuello de botella»:
Identifique quiénes son sus empleados sólidos y de alto potencial. No llegará muy lejos sin empleados de alto potencial, así que procure rodearse de ellos. Son ambiciosos por naturaleza. Ahora mismo, puede que usted tenga un puñado de empleados con alto potencial en su nómina o puede que tenga empleados que necesiten una inversión de atención para lograrlo.
De ahora en adelante, comience a crear un grupo clave de personas con el talento, la determinación y las habilidades necesarias para ser superestrellas del futuro. Incluso si aún no están preparados para todas las responsabilidades del mañana, con la instrucción, la inversión y la orientación adecuadas de su parte, muchos de los empleados con alto potencial de su equipo se convertirán en actores indispensables en su plan de sucesión.
Una vez identificados los empleados con potencial, tendrá que ajustar sus programas de formación y desarrollo para garantizar que esos empleados aprendan a un ritmo acelerado.
Piense en ellos como si tuvieran dos trabajos: su trabajo diario y el futuro que ocuparán tras demostrar su capacidad. Además, conviene aclarar que algunas personas con alto potencial no se darán cuenta de que están hechas para ser líderes y conviene que usted los ayude a ver sus habilidades a través de sus ojos, alentándolos continuamente.
El estrés emocional de una cultura de cuello de botella provoca agotamiento y rotación. Great Place To Work -grupo de investigación sobre la cultura laboral-, informa que los empleados micro gestionados tienen tres veces más probabilidades de sufrir agotamiento. Para evitar esto, aprenda a delegar y a tolerar algunos errores.
El trabajo administrativo rutinario o las tareas operativas básicas, si bien son necesarias, no contribuyen directamente a los ingresos de la empresa. No sea cuello de botella, trate esas tareas como oportunidades de delegación y elimínelas de su lista personal de tareas pendientes. Libere su tiempo para actividades de alto impacto que generen ingresos, de modo que sus esfuerzos estén alineados con los objetivos financieros de la empresa y así, darle oportunidad a sus subordinados para que demuestren que valen.
Al final del día, es mejor que dedique su tiempo a responsabilidades de alto nivel, no a proyectos rutinarios. Con la contratación y la formación adecuadas, sus empleados serán los expertos en estas tareas. Deje de lado su ego y empiece a trabajar en estrategias y sistemas. Saque de su plato todo lo que pueda ayudar a otra persona a crecer en su puesto y póngalo en el de esa otra persona. Respalde sus esfuerzos con resultados medibles. Usted es un recurso caro en la empresa. Su tiempo no es gratis. Un empleado puede tardar el doble en realizar una tarea la primera vez. Superada la curva de aprendizaje, el empleado será tan rápido como usted y lo hará de la mejor manera.
Este aumento del nivel de competencia de los empleados no solo es un beneficio para la empresa, también es una valiosa oportunidad de desarrollo profesional para ellos. Con sus nuevas perspectivas, con frecuencia descubren formas innovadoras de ahorrar tiempo y dinero. Siempre es más rentable delegar.
Toda empresa necesita un plan de sucesión; para ello, puede que tenga que comprobar sus tendencias de cuello de botella. Si usted es esa persona, jefe cuello de botella, empiece bien el año 2024, empiece a trabajar en preparar, probar y reconocer a sus empleados de alto potencial.
¡¡Feliz y próspero año 2024 para todos, salud y bienestar!!