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Jennifer Clement y el ejercicio de la memoria en 'La fiesta prometida', su nuevo libro

La autora afirma que las raíces del campo estadounidense de su madre y las judías de su padre la acompañan durante todo el libro

La escritora Jennifer Clement. (CORTESÍA)

La escritora Jennifer Clement. (CORTESÍA)

SAÚL RODRÍGUEZ

La escritora Jennifer Clement (Greenwich, 1960) vuelve a tomar la pluma desde el ático de la memoria. En su más reciente libro, La fiesta prometida (Lumen, 2024), teje lazos entre las dos ciudades más importantes de su vida: Ciudad de México y Nueva York. En estas páginas relata momentos excepcionales, los cuales ha podido contemplar a la distancia, con la sabiduría que otorgan los años. Es por eso que al preguntarle el valor de la memoria, reflexiona que se trata de una herramienta empleada por muchos escritores.

“Dije: lo voy a escribir, porque si no lo escribo todas estas historias van a desaparecer. Pero, al buscar la forma que quería usar para escribir el libro, me di cuenta de que muchos escritores lo hacen. Lo hizo Octavio Paz en Pasado en claro, lo hizo Tolstoi, los rusos que me interesan mucho, Pasternak, Nabokov, todos hicieron sus memorias. Entonces, creo que esta pregunta que haces es muy relevante, porque obviamente sí hay este deseo de contar tu tiempo”.

En entrevista exclusiva con El Siglo de Torreón, Jennifer Clement declara que solamente un escritor puede sacarle el mayor jugo a sus memorias. En su libro también habitan otras historias; la autora comparte dos relatos sobre Elena Garro, los cuales le fueron contados por Ana María Xirau, esposa del poeta catalán Ramón Xirau.

“Ella me contó esas dos historias de Elena Garro que son tan maravillosas y tan locas. Y dije: si yo no las cuento, no se van a saber. Entonces, también hay un compromiso con el tiempo en el que vives. Yo no me había dado cuenta de eso hasta escribir este libro”.

La historia debe ser contada para no desaparecer. Ir de voz en voz la hace un ser latente, le otorga oxígeno y movimiento. Entonces, el testimonio propio se entrelaza con las voces de su entorno, formando una amalgama de memoria con memorias. En el caso de Jennifer Clement, la literata comparte un periodo que va desde su juventud hasta la firma del Tratado Libre de Comercio de América del Norte (TLCAN).

En una escena de La fiesta prometida, la escritora se encuentra en Nueva York junto a Suzanne Mallouk, entonces novia del pintor Jean-Michel Basquiat. La pareja ha peleado y las mujeres arrojan los dibujos del aún desconocido artista a la basura, material que hoy en día valdría millones de dólares. En ocasiones lo mismo ocurre con los recuerdos: cobran valor con el paso de los años, cuando el momento en el que sucedieron se torna distante y cercano a la vez.

“Lo de Basquiat es un caso nada común, porque hay muy pocas personas que mueren a los 27 años y se convierten en gigantes como en el que se volvió él. Suzanne era la mujer de Basquiat, era mi gran amiga y a él lo veía como el novio mal portado, así de sencillo. Eramos amigos. Nunca me hubiera imaginado ver a lo que llegó”.

Momento sensible es la aparición del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). En los años ochenta, Nueva York fue una de las primeras ciudades del mundo donde se detectó la enfermedad. Fue una época difícil, donde Jennifer Clement perdió a muchos amigos. Por eso quiso reproducir la primera nota periodística que se publicó sobre el SIDA, donde no se comprendía la nueva realidad.

También se muestra como, al salir de la escuela de danza, Jennifer Clement y sus amigos, acudían a los parques a ver a los bailarines de breakdance. Era el nacimiento de la subcultura del hip hop, una manifestación social que aportó mucho en el contexto neoyorquino.

HERMANDAD DE URBES

Desde la perspectiva de Jennifer Clement, Nueva York y Ciudad de México son ciudades hermanas. Si se lee con cuidado La fiesta prometida, el lector puede percatarse de que la autora hila constantemente ambos lugares. “Siempre se están comunicando. Es como un tapiz donde jalo un listón aquí y otro por acá, y hago nudos”.

Si bien Jennifer Clement, además de Basquiat, convivió con otras personas famosas como Madonna o grandes escritores y personajes de la cultura mexicana, su libro da mayor voz a las personas comunes y corrientes, quienes representaron grandes momentos para ella. Un ejemplo es la aparición de Chona, su nana en Ciudad de México, quien no sabía leer ni escribir, pero esa poseedora de una gran sabiduría.

“Yo creo que las personas no famosas (por decirlo de una manera superficial), son las personas más importantes del libro. Además, creo que en el libro no hay un afán de decir ‘estos son los famosos y estos no’; son personas que voy conociendo y que me tocan por diferentes razones. Entre las personas más importantes del libro está mi nana Chona, quien es una especie de madre, pero también yo soy su alfabeto. Ella no sabía leer ni escribir, entonces yo muy rápidamente, en primero o segundo de primaria, comienzo a darme cuenta del poder y la magia de aprender a leer y a escribir. Me empiezo a dar cuenta de lo que significa este conocimiento”.

Jennifer Clement narra cómo de niña le leía cómics a su nana, le indicaba cuál era la ruta de cierto autobús, mostrándole la Ciudad de México. También comparte que, cuando su nana se casó y se tuvo que ir de la casa para trabajar con otra familia, ella solía ir a visitarla. “¿Qué es lo que yo sentí? Que la única persona en el mundo que me necesitaba se había ido”.

La autora afirma que las raíces del campo estadounidense de su madre y las judías de su padre la acompañan durante todo el libro. A esto se suma el catolicismo mexicano ante el ateísmo de su familia. Jennifer Clement también fue cercana a la danza, pues encontró en esta disciplina un espacio de soledad, mismo que también habita en el oficio de escribir.

“Soy una persona a la que le gusta estar sola y eso lo entendí desde muy chiquita. Siempre estaba buscando estar sola y creo que es porque para crear, pensar y comprender quién eres, es muy difícil si no tienes soledad”.

su más reciente libro, La fiesta prometida (Lumen, 2024). (CORTESÍA)
su más reciente libro, La fiesta prometida (Lumen, 2024). (CORTESÍA)

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