Joven rescatado tras intento de suicidio inicia nueva vida en centro de rehabilitación
Tres días han pasado desde que un joven intentó suicidarse y fue rescatado por las autoridades y cuerpos de socorro. En las primeras 72 horas después de los hechos, ha mostrado un cambio sustancial en su persona y actitud. Actualmente, se encuentra internado en un centro de rehabilitación religioso y ahora desea vivir y mejorar su condición de vida.
En un acto de fe y compromiso con la comunidad, el pastor Valentín Bustos Cabrera rescató a Erick Cepeda Gutiérrez. El joven que intentó quitarse la vida en la colonia Independencia de Frontera, Coahuila. Este hecho marcó el inicio de un proceso de transformación para Erick, quien ahora se encuentra en el centro de rehabilitación cristiano Fe, Esperanza y Amor, donde recibe atención integral y emocional.
El pastor relató que acudió al llamado de las autoridades para atender a Erick, quien enfrentaba una profunda crisis emocional agravada por la adicción y la ansiedad. “Cuando llegamos, estaba en shock. Lo tratamos con amor y respeto, y desde entonces hemos trabajado en su recuperación, mostrando que siempre hay una segunda oportunidad”, comentó Bustos Cabrera.
“Estoy agradecido de estar vivo”: Erick Cepeda
A unos días de haber ingresado al centro, Erick Cepeda compartió su experiencia. “Me siento más animado de vivir. Antes estaba perdido en las drogas, lo que me llevó a tomar malas decisiones, pero aquí me están ayudando a entender el amor propio, el amor de Cristo y el amor por los demás”, expresó el joven.
Erick destacó que en el centro ha recibido atención médica, apoyo psicológico y terapias personalizadas que lo han ayudado a salir de la depresión. Además, aseguró que no piensa desaprovechar esta segunda oportunidad. “Voy a quedarme aquí hasta estar bien para mis hijos y mi familia. Quiero ser un ejemplo de que se puede cambiar y salir adelante”, afirmó.
Un centro con atención integral y enfoque humanista
El pastor Bustos subrayó que el centro Fe, Esperanza y Amor se distingue por su enfoque basado en el respeto y la empatía hacia los pacientes, lejos de métodos coercitivos. “Aquí trabajamos con amor, sin golpes ni torturas. Ofrecemos instalaciones adecuadas con áreas médicas, psicológicas y terapéuticas, separando a los jóvenes, adultos y mujeres para darles una atención específica”, explicó.
El centro, que cuenta con áreas especializadas para varones, mujeres y menores de edad, se enfoca en terapias adaptadas a cada grupo. En el caso de las mujeres, las actividades están orientadas a fortalecer valores como el amor propio y la responsabilidad familiar, mientras que los jóvenes reciben herramientas para redirigir su energía hacia actividades saludables como el deporte.
“Queremos ser un ejemplo de esperanza”
Este caso, según el pastor, es uno de muchos atendidos por el centro a lo largo del año, pero representa un mensaje claro: es posible salir de las adicciones y recuperar la vida. “Nuestro objetivo es demostrar que se puede cambiar, que con amor y dedicación se pueden rescatar vidas. Erick es un ejemplo vivo de esto”, señaló Bustos.
Por su parte, Erick envió un mensaje contundente: “Las drogas no llevan a nada bueno. Invito a todos los jóvenes a buscar apoyo en su familia, en Dios y en actividades saludables. Yo pensaba que no tenía salida, pero aquí he encontrado una razón para vivir”.
El testimonio de Erick y la labor del centro Fe, Esperanza y Amor son una muestra del impacto que tiene la solidaridad en la reconstrucción de vidas, reafirmando que, con ayuda, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay esperanza.