La noche de este miércoles se tiñó cervantina en las instalaciones de El Siglo de Torreón, gracias a la presentación del libro ‘El Quijote. Ayer, hoy y siempre. En 100 cápsulas’, del escritor lagunero Juan Antonio García Villa.
El evento, que comenzó en punto de las 19:00 horas, contó con la presencia del autor, así como de los reconocidos cervantistas Saúl Rosales Carrillo y Óscar Jiménez Luna, quienes aportaron sus comentarios respecto a Don Quijote de la Mancha y su creador: Miguel de Cervantes Saavedra.
El libro de Juan Antonio García Villa reúne cien de sus artículos sobre el Quijote, publicados con anterioridad en El Siglo de Torreón, y donde aborda temáticas referentes al propio Miguel de Cervantes, indicaciones sobre por qué debe leerse al Quijote, la fiebre que esta obra ha desatado en los coleccionistas, el recibimiento que el llamado caballero andante ha tenido en México, su crítica literaria, las traducciones, el papel de la gastronomía en la obra, así como los análisis de sus mejores pasajes.
Saúl Rosales fue el primero en tomar el micrófono para indicar que, si bien, ‘El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha’, es considerada una obra difícil, ostenta también suma belleza. Para exponer su punto de vista, Rosales acudió a lo escrito en los diálogos de Platón, donde lo bello es contemplado como una práctica estimulante.
El interés por la obra de Cervantes, según el colaborador de la Revista Siglo Nuevo, tiene así un noble propósito, pues García Villa se plantea en sus cápsulas que el lector pueda acercarse a Don Quijote.
Por su parte, Óscar Jiménez Luna destacó las temáticas elegidas por el autor para confeccionar su libro, así como los principales ideales que este personaje profesa: amistad, amor y libertad.
Al tomar su turno, Juan Antonio García Villa expresó que “el Quijote es inagotable”, por lo que decidió compartir uno de los ángulos más interesantes del caballero andante, “quizá el más grande enigma de la literatura universal”.
“La primera obra escrita por Cervantes a la edad de 38 años, en 1585, fue ‘La Galatea’, una novela de corte pastoril”.
Cervantes no tuvo estudios literarios ni se formó en ninguna otra profesión, por lo que tampoco se dio cuenta de la grandeza de sus escritos. Dos décadas después, en 1605, apareció su siguiente obra: ‘El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha’, ahí mismo indicó que habría una continuación, pero pasaron los años y esta no se publicaba.
Sin embargo, en 1614, apareció el ‘Segundo tomo del ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha’, pero el volumen estaba firmado por un tal ‘licenciado Alonso Fernández de Avellaneda, natural de la villa Tordesillas’. Se trató de un Quijote apócrifo, cuya publicación aceleró la terminación de la segunda parte oficial escrita por Cervantes en 1615.
García Villa indagó sobre esta anécdota y comentó que el supuesto Alonso Fernández de Avellaneda fue alguien que se escondió en su anonimato. He ahí el misterio, pues algunos estudiosos aseguran que el falso autor pudo ser alguien que habría tenido una rivalidad fuerte con Miguel de Cervantes, ya que en el prólogo del Quijote apócrifo se tilda a Cervantes de mentiroso, cobarde, calumniador, envidioso y “hasta le llama marido consentido (‘consentido’ en el lenguaje actual quiere decir ‘cornudo’)”.
En este tenor, Juan Antonio García Villa recomendó al público leer el capítulo 22 de la primera parte del Quijote, el cual trata sobre unos galeotes, para luego leer de las cápsulas 86 a 87 de su libro 'El Quijote. Ayer, hoy y siempre. En 100 cápsulas’, y ahí se podrá descubrir quién fue el verdadero autor del Quijote apócrifo.
“Con que una persona se convenza de leer el Quijote, yo en lo personal me doy por bien servido, así como agradezco hoy a todos ustedes su presencia”.
Autor. Juan Antonio García Villa desglosa en cien cápsulas distintas temáticas que conducen al corazón del caballero andante.