La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, afirmó este viernes que 'nadie debería ir a la cárcel por fumar marihuana' y calificó de 'absurdas' las actuales restricciones federales sobre esa droga.
La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, afirmó este viernes que "nadie debería ir a la cárcel por fumar marihuana" y calificó de "absurdas" las actuales restricciones federales sobre esa droga.
Harris hizo estos comentarios durante un evento en la Casa Blanca, acompañada por el rapero Fat Joe, quien ha abogado por la despenalización de la marihuana, y rodeada de varias personas que fueron indultadas por el presidente estadounidense, Joe Biden, por condenas relacionadas con la posesión de cannabis.
"La marihuana se considera tan peligrosa como la heroína y más peligrosa que el fentanilo, lo cual es absurdo, por no mencionar flagrantemente injusto", manifestó Harris.
Sus declaraciones se producen en un momento en el que las expectativas crecen en torno a la posibilidad de que la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) modifique la clasificación actual de la marihuana, considerada tan adictiva como el LSD o la heroína.
El Departamento de Salud de EUA recomendó el año pasado que el cannabis dejara de estar clasificado en la categoría conocida como "lista I", donde se incluyen sustancias sin uso médico aceptable, y pasara a formar parte de la "lista III", lo que indica un nivel de menor peligrosidad.
La decisión final recae ahora en la DEA, aunque no se sabe cuándo podría producirse.
La actual clasificación de la marihuana en la "lista I", considerada como una sustancia altamente peligrosa, ha resultado en condenas más severas para aquellos que la consumen o venden, lo que en la práctica ha llevado a una desproporcionada encarcelación de las minorías hispana y afroamericana.
Biden, que se presenta a la reelección en las elecciones de noviembre, está intentando atraer al voto joven, que en gran parte aboga por la despenalización de la marihuana.
En la actualidad, su uso recreativo es legal en 24 estados y en el Distrito de Columbia, sede de la capital Washington. Además, 38 de los 50 estados permiten su uso medicinal.
Sin embargo, continúa siendo totalmente ilegal en algunos estados y a nivel federal.