Kylian Mbappé hace doblete y provoca que el PSG acaricie el título
La victoria del Mónaco (1-0 ante el Lille), aplazó el alirón del París Saint-Germain, que este miércoles hizo su trabajo y cumplió con una de las dos premisas necesarias para proclamarse campeón de Liga a falta de cuatro jornadas para el final: ganar al Lorient (1-4), al que derribó con la magia de Kylian Mbappé (doblete y asistencia). La otra, recibir una ayuda del Lille no llegó y la exhibición de Mbappé no fue suficiente para cerrar el segundo título de la era Luis Enrique.
Ahora, el PSG, probablemente introduzca su duocécima Liga en sus vitrinas este fin de semana en el Parque de los Príncipes, ante su afición y frente al Le Havre, un rival teóricamente asequible para el cuadro parisino. Sin duda, el deseo de Luis Enrique es cerrar cuanto antes el capítulo de la Ligue 1 para centrarse en el título que realmente importa a Nasser Al-Khelaïfi: la Liga de Campeones.
Para el choque de la próxima semana frente al Borussia Dortmund quiere llegar con sus mejores jugadores bien frescos. De momento, tras su gran victoria en el Camp Nou (1-4) con la que accedió a semifinales de la 'Champions', ha ido rotando en los descansos. Frente al Lyon, Luis Enrique reservó a Mbappé, Dembélé y Nuno Mendes. Los tres fueron titulares contra el Lorient.
Sin embargo, descansaron Achraf Hakimi, Marquinhos, Warren Zaire-Emery, Vitinha y Bradley Barcola. Ni siquiera entraron en la convocatoria. Probablemente, las rotaciones para tomar fuerzas de cara a la Liga de Campeones sean más radicales ante el Le Havre si el Mónaco no gana al Lille y el título acaba en manos del PSG este mismo miércoles.
El Lorient tenía en sus manos evitar esas ensoñaciones del París Saint-Germain. Formaba parte de la ecuación que podía romper la idea del equipo de Luis Enrique de cantar el alirón antes del fin de semana. Pero, pese a sus urgencias por sumar para salir del descenso, nunca fue rival para el conjunto parisino.
Y es que, en apenas tres minutos, el PSG finiquitó cualquier atisbo para la sorpresa en el Stade du Moustoir. Entre el 20 y el 23, Dembélé y Mbappé hundieron por completo a un equipo que, además del gol de Bamba, apenas dispuso de otras dos oportunidades durante los noventa minutos para batir a Donnarumma. Fueron de Louza, con un disparo cruzado que se marchó fuera, y de Bakayoko, que obligó al portero italiano a emplearse a fondo.
Esa fue toda la reacción que puso encima de la mesa el Lorient tras los dos primeros tantos de su rival. Muy inocente atrás, concedió el primero a Dembélé tras dejarle avanzar sin oposición varios metros hasta el borde del área, desde donde lanzó un disparo ajustado inapelable.
Y después fue incapaz de marcar a Mbappé, que no desaprovechó un centro de Mendes desde la línea de fondo para rematar dentro del área con poca oposición y de una forma poco ortodoxa el segundo tanto que prácticamente selló el duelo.
Los dos intentos posteriores de Louza y Bakayoko no tuvieron premio y la segunda aparición de Mbappé, ya en la segunda parte y a falta de media hora para el final, cerró definitivamente el encuentro con una jugada de pura fantasía. En una baldosa, prácticamente en la línea de fondo, quebró a Nathaniel Adjei con caño incluido y sirvió en bandeja a Dembélé el tercero.
El 0-3 acabó con cualquier posible reacción del Lorient, que con un cabezazo de Bamba marcó el tanto del honor en el último tramo. No fue suficiente. La magia de Mbappé, que apuró su gran actuación con otro golazo en el minuto 90, y el acierto de Dembélé, bastaron al PSG para firmar una victoria con la que acaricia el título. Una victoria este sábado contra el Le Havre certificará lo que todos sabían antes del inicio del curso: que el PSG sería campeón por décima vez en los últimos doce años desde que llegada al poder de Nasser Al-Khelaïfi.