¿Qué buscamos cuando recorremos los pasillos de una librería? Respuestas, generalmente. Es común que cuando algo nos atormenta, nos dé seguridad escuchar a alguien más; que aquellas posibles “soluciones” no dependan de nosotros, si no del tarot, la religión, la suerte, el destino. Creo que por eso decimos que los libros nos dejan un mensaje distinto cada vez que los leemos… porque ese es nuestro propósito: encontrar un mensaje aplicable a nuestra propia tormenta. De eso va la novela de la periodista japonesa Michiko Aoyama “La biblioteca de los nuevos comienzos”, una serie de cinco cuentos que relatan cómo personajes comunes, con problemas básicos del día a día, tales como la maternidad, la pérdida de un empleo o una desilusión amorosa, se topan con un amante de los libros y comienzan a desahogarse sobre aquello que les acongoja, lo que les duele, lo que los mantiene prisioneros de sus caóticos pensamientos y, haciéndolo ver como algo casual, les acercan un título que vendría a servir como guía para hacer un poco más llevadera su crisis actual. Estos personajes descubren, con sus dedos entrelazados en las hojas de esos libros, las ideas que tenían días, incluso meses, revoloteando en su cabeza.
Los libros hablan lenguajes extraños, por paradójico que resulte, no son literales, sino interpretativos, ¿o será que nosotros vamos buscando lo que queremos encontrar?, ¿que tenemos memoria y visión selectiva?, ¿que solo queremos un documento que justifique nuestra decisión?, ¿a quién “echarle la culpa”? Los libros son reflexiones, historias, experiencias, dolores y conclusiones de otros; algunos con grandes talentos y visiones; otros solo con el valor de publicarlo.
Se lee para conocer, viajar, aprender, reflexionar, para escapar por un rato de esta realidad que a veces duele, pero, esta dolorosa realidad se vive en presente, en gerundio, pretendiendo buscar soluciones en memorias del pasado sin aceptar las respuestas que nos dará el futuro.
El título del libro de Michiko Aoyama lo deja muy claro: “La biblioteca de los nuevos comienzos”, y es que si vamos de nuevo es porque estamos escribiendo en una hoja en blanco.