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La Laguna: Región de Emergencia Sanitaria y Ambiental (II)

GERARDO JIMÉNEZ GONZÁLEZ

En la columna anterior comentamos sobre la presentación de resultados de un Programa Nacional de Investigación e Incidencia (Pronaii) que se desarrolló en la Comarca Lagunera durante los últimos tres años. La información obtenida confirma que vivimos en una de las setenta de las Regiones de Emergencia Sanitaria y Ambiental (RESAS), cuya característica principal es el grado de deterioros ambiental y social que sufren, producto del impacto que provocan las actividades económicas en la vida de la población y los ecosistemas.

En este Pronaii participaron cuatro grupos de investigadores de universidades locales y foráneas en los temas que refieren a diferentes formas de contaminación de metales pesados en el aire atmosférico, agroquímicos en suelos agrícolas y en el agua del subsuelo, así como un monitoreo sobre la afectación en la salud de una muestra de la población lagunera por el hidroarsenicismo. Ya comentamos los resultados del estudio que realizaron los geólogos de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí en la calidad del agua subterránea, que son confirmatorios de estudios previos al mantenerse constantes los valores de los parámetros analizados y en algunos casos son crecientes.

Aquí sólo comentaremos los resultados del monitoreo que realizaron los médicos de la Universidad Juárez del Estado de Durango, que también, desafortunadamente, confirman lo que se sabe de la presencia de arsénico en el organismo de las personas muestreadas: sigue presente, aun cuando ocurre de manera diferenciada en las concentraciones de este metaloide por la disminución de la ingesta directa de agua contaminada, debido a que ha aumentado el consumo de agua embotellada, y porque a algunas de las poblaciones que residen en comunidades rurales donde el arsénico se ha disparado se les suministra agua mezclada o proveniente de pozos donde las concentraciones son menores. Veamos esos resultados:

"El monitoreo se realizó en una muestra de 1,830 personas que residen en comunidades rurales y ciudades de la Comarca Lagunera de Coahuila y Durango, contemplando como núcleo muestral a las familias, a personas de ambos sexos (47% masculino y 53% femenino), residentes en comunidades rurales (70%, por ser los mayormente expuestos) y espacios urbanos (30%). El resultado indicó que el 54% de la población estudiada tuvo niveles de exposición interna al arsénico superior al valor de referencia de 35 g/L, el 40% tuvo una exposición mayor a la normal y dentro de este grupo un 14% tuvo una exposición en el mayor rango (> 100 g/L).

En la población urbana, el 40 % de la población tuvo una exposición mayor a la normal, mientras que, en la población rural fue del 60 %. Se estudiaron cinco poblaciones rurales de Coahuila y Durango y la ciudad de Torreón. En el área urbana de la ciudad de Torreón, el 60 % de la población tuvo niveles de exposición por debajo de 35 g/L, lo cual denota que la mayoría de las personas residentes en la ciudad no beben agua de la llave.

Las personas con niveles mayores a 400 g/L de As en orina, son aquellos que su trabajo es en campo y beben agua de los pozos de riego. Las personas reportaron que beben agua purificada tuvieron concentraciones de As bajas (< 35 g/L As en orina), en más del 50 %. En contraste, las personas que refirieron que beben agua entubada de la red, el 80 % tienen valores de As en orina superiores a los 35 g/L. El 30 % de las personas que reportaron utilizar agua purificada para cocinar tuvieron bajos niveles de exposición interna (As en orina superiores a 35 g/L); en contraste, el 70 % de las personas que refirieron utilizar agua de la red tuvieron niveles de exposición superiores a los 35 g/L de As en orina. Esto confirma que la exposición a arsénico a través de los alimentos contaminados es una fuente de ingesta del metaloide muy importante y que se tiene que comunicar y educar a la población a cocinar con agua purificada, además de beber agua purificada" (García et al, 2024).

La actualización de estos datos confirma que después de más de medio siglo en que se detectó la presencia de concentraciones elevadas de arsénico en el organismo de miles de personas que viven en la Comarca Lagunera, el problema persiste, el segmento poblacional de afectados hídricos en su salud está presente y lo continuará estando por muchos años más, ya que durante todo ese tiempo, incluyendo este sexenio que está por terminar, no se movió un dedo desde las instituciones gubernamentales para atenderlo. Mucha retórica gubernamental de la 4T y nada de acción.

Una respuesta gubernamental congruente sería priorizar la aplicación de políticas públicas dirigidas a las poblaciones más vulnerables, en este caso aquellas que continúan expuestas a las afectaciones en su salud, mínimamente que desde el sector de salud pública se implementara el Programa de Vigilancia Epidemiológica que propones los médicos universitarios, ya que fue obvio que el gobierno federal priorizó implementar un programa de mitigación temporal (Agua Saludable) y evadió, en una reiterada omisión gubernamental, enfrentar el problema de sobreexplotación del acuífero principal. Algo habrá ocurrido en las cúpulas políticas para que las cosas continuaran como si aquí no pasara nada. El tiempo lo dirá.

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