Está pendiente de resolverse el perverso obstáculo diseñado por AMLO consistente en no designar los dos ministros faltantes del Tribunal Electoral, lo que lanzaría al país a una interminable ola de confusiones que impedirían declarar el triunfo de una de las dos candidatas a la presidencia de la República. La estrategia fue cumplimentada en el Senado por una dócil mayoría morenista.
Victor Olea Peláez, presidente de la Barra Mexicana de Abogados, con el más elemental sentido común, ha urgido al Senado designar a los dos miembros que faltan en el Tribunal Electoral. Talentosos abogados urden soluciones para resolver la ausencia de los ministros faltantes buscando ingeniosos remedios. No deben buscarle tanto. Es de infantil obviedad no caer en la absurda situación de que, por la tradicional manía formalista mexicana que tan frecuentemente frustra lo justo, se siga impidiendo la elemental obligación de obedecer lo que la Constitución ordena.
La perversa barrera inventada por López Obrador que se pasó de listo, sin querer, tendiéndose una trampa que hace imposible calificar formalmente el triunfo de una de las dos contendientes.
Resuelta de cualquier manera la maniobra del faltante en el Tribunal, lo realmente trascendente es la intensa actividad que viene desarrollando desde hace meses la sociedad civil en todos los órdenes de la acción política. Las redes de comunicación han despertado un sólido interés en todas las capas sociales y regiones.
La concentración ciudadana de mañana que pretende llenar el Zócalo metropolitano y plazas de 90 ciudades hasta en el extranjero, es un ejemplo. Morena le ha dirigido embates. Obstáculos burdos como el haber permitido que la CNTE se instale en la plancha frente a Palacio Nacional. Calificó como acto de campaña de Xóchitl la concentración que es propiamente de la sociedad civil. Aún más, cómico y ridículo obstáculo fue la orden de "no usar el color rosa en el evento, pues es el tono del órgano electoral".
La concentración de mañana prueba el fracaso de la estrategia de AMLO que, desde el primer día de su mandato, se ha dedicado concienzudamente a polarizar a la sociedad dividiéndola en dos campos opositores de morenistas los "chairos" unos, y los otros en conservadores "fifis y/o adversarios". La concentración mostrará nuestro apoyo al Frente Unido pidiendo un gobierno con una nueva inspiración e impulso.
Los antecedentes de las dos marchas anteriores no dejan duda de que es posible unir fuerzas y empeño para formar un gobierno de coalición del PAN, PRI, PRD y de la Sociedad Civil. Este aspecto es de primordial importancia por abrir un modelo nuevo de gobierno basado en la unidad de propósitos nacionales.
La unión hace la fuerza. Un gabinete plural es la medicina que México requiere para sanar sus daños y heridas. La compatibilidad de fuerzas políticas formará la unidad de programas con el Presidente de la República, dando al país la atención sistemática a los innumerables problemas que el saliente régimen de Morena habrá dejado. El futuro que esperamos será el de programas sociales de respeto hacia todos.
La acción ciudadana que se ha extendido en el curso del proceso electoral 2024 construyó una avalancha de energías que reaccionó al desastroso sexenio de AMLO que acabó siendo el más costoso experimento populista de nuestra historia.
No solo la Marea Rosa por la mañana, sino el tercer y último debate por la noche, habrán servido para convencer a los indecisos y confirmar la vida democrática de México.
El dos de junio marca el principio de otra etapa en la interminable tarea de una Sociedad Civil rejuvenecida que se aboca a su responsabilidad de rescatar la hasta ahora deteriorada función de los partidos. La reconstrucción de México convoca a toda la ciudadanía sin distingos. El desarrollo incluyente es el signo que, con independencia de quien llegue a encabezar al nuevo gobierno, marcará una nación plenamente integrada sin importar ideológicas hacia un mundo moderno de avanzada.