El jueves de la semana pasada, llegó a su fin la temporada regular 2024 de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB). Unión Laguna terminó con 52 juegos ganados y 39 perdidos, para un porcentaje de .571, el tercero de la Zona Norte y el cuarto lugar de toda la Liga.
En consecuencia y de acuerdo a lo establecido, en el primer play off de la postemporada le ha tocado enfrentar al equipo Toros de Tijuana, por haber ocupado éste el cuarto sitio en la tabla de posiciones de la misma, con números de 52-40 y .565 de porcentaje. Con base en la estadística de lo ocurrido durante la campaña, ¿cuál fue la principal fortaleza y cuál la mayor debilidad de Algodoneros y Toros? En términos generales, en lo que a pitcheo colectivo se refiere, medido éste en términos de efectividad (número de carreras limpias admitidas por cada nueve innings lanzados) fue superior el de Tijuana, que resultó de 3.95 carreras, de hecho el mejor de toda la LMB, frente a 4.79 de Unión Laguna, el número nueve de los veinte equipos de la Liga.
La principal flaqueza del pitcheo de UL se ubica en su cuerpo de serpentineros abridores.
Los cinco inicialistas con mayor participación a lo largo de la temporada -aunque dos de ellos con largas ausencias por lesionesy sin considerar obviamente a los lanzadores abridores que tuvieron un paso fugaz por el equipo, resulta que la rotación de pitchers inicialistas sólo tuvo 19 triunfos (en teoría, con las salvedades apuntadas, en 91 aperturas) y registró 22 descalabros. En notorio contraste, el cuerpo de relevistas, siete de ellos magníficos (sin tomar en cuenta a los relevistas considerados como situacionales, o bien por ser novatos) lograron 28 victorias y sólo tuvieron 8 derrotas.
De hecho, dos de ellos alcanzaron iguales o aun mejores números que el par de abridores con más victorias. Fueron los casos del abridor Braden Webb, quien obtuvo 7 triunfos, igual que el relevista Jake Jewell, pero el primero registró 8 derrotas y el segundo sólo 2.
El otro caso similar es el de Joe Van Meter y Thomas McIlraith, abridor y cerrador respectivamente, ambos se apuntaron 6 triunfos, pero el primero registró 4 derrotas y el segundo sólo una. La labor de McIlraith como cerrador, que tuvo 19 salvamentos en 23 oportunidades, amerita un comentario aparte, que se hará en otra entrega.
Y en cuanto al bateo colectivo, tuvo mejores números el de Unión Laguna, que fue de .281, el séptimo lugar de la Zona Norte y el undécimo de toda la Liga, en tanto que el de Toros, de .273, fue el último lugar de la Zona Norte y el número 16 de toda la Liga.
Aunque la diferencia entre ambos promedios parece mínima, en realidad no lo es. Esto se manifiesta en que UL contó con tres bateadores con registro superior a .300, que fueron: Nick Torres con .341, Jonathan Villar con .325 y Allen Córdoba con .304. En tanto que Tijuana sólo tuvo uno: Harold Castro, con .320. Sin embargo, en postemporada, dicen los que saben, todo puede suceder.